martes, 30 de abril de 2013

La alegría de verte

El día de Santa Catalina me ha traído como regalo la visita sorpresa de un buen amigo, de un hermano. En ella he podido volver a saborear la satisfacción y la dicha de una amistad cuajada de buenos y no tan buenos momentos en los que se ha ido labrando una parte del carácter y la personalidad de cada uno de nosotros.

Tener buenos amigos es tener muchas perspectivas para rastrear la verdad profunda de la vida. Por eso, y quizás sólo y siempre por eso, encontrarse y re-encontrase con un buen amigo es también de alguna forma encontrarse con uno mismo. Y hoy, en cada gesto, en cada recuerdo, en cada mueca de duda, de alegría o de desconcierto he podido ver reflejados los fundamentos comunes que configuran, según Aristóteles, la auténtica amistad, las que se cuentan como máximo con los dedos de una mano.