martes, 3 de noviembre de 2009

La parte irreductible de la vida


A veces nos dejamos apabullar por personas, instituciones o proyectos que aparentan tener una grandiosidad y una parafernalia asociada que nada tiene que ver con lo que realmente es. Con esto no quiero decir que nada es lo que parece, sino que todo lo que acontece es vida y ésta, tal y como nos enseñó Ortega, es realidad radical, la realidad que no se puede controlar por más que lo pretendamos.

Ejemplo de ello es el fútbol que, independientemente de que te encante o lo odies, se aparece en el día a día con la vitalidad de algo que está en el mundo por y para algo, aunque uno se empeñe en no entenderlo o ni siquiera intentarlo. Por eso es casi imposible no haberse enterado de que un equipo de fútbol semi-profesional, el Alcorcón, ha apalizado por 4-0 a uno de los clubes futbolísticos con un palmarés inversamente proporcional a su sentido de la humildad, el Real Madrid.


Es decir, el fútbol que parece estar condenado a ser un negocio polarizado por la pasión ciega, el más potente entramado comercial, y la más denigrante vulgarización de la masa forofa a través de paupérrimos y tendenciosos medios de comunicación, resulta que de repente se revuelve libre y espontáneo reivindicando lo que fue, es y nunca dejará de ser. El fútbol es un simple juego en el que, como en todo juego y como ha ocurrido en esta ocasión, puede ocurrir de todo, incluso que un grupo de aficionados y semi-profesionales sean capaces de derrotar a un grupo de megaestrellas que cobran lo impensable por entrenar dos horas a diario y meter un número de goles por semana.


¿Es esto simplemente una reedición de la famosa historia bíblica de David y el gigante Goliat? ¿O podemos ver en esto algo aún más profundo? Me temo que en este ejemplo, como en tantos otros, vemos reflejada la parte irreductible de la vida, la que conviene comprender y asumir lo antes y lo mejor posible para evitarnos disgustos y sofocones para nuestras vanidades, nuestros egos y nuestros proyectos infundados.


Ni teorías, ni ideologías, ni todo el dinero del mundo, ni las cadenas más fuertes, ni el más poderoso de los ejércitos podrá reducir a la auténtica manifestación de la vida. Sólo hay una oportunidad de éxito: comprender la dinámica de la vida y tratar de vivir y colaborar con su influjo vivificante.

No se trata, por tanto, de apabullamientos, resistencias, excentricidades o pociones mágicas, como la de los irreductibles galos de la aldea de Asterix. Para el cristiano la parte irreductible de la vida es la que puede entenderse mejor desde la sabiduría de los humildes y los sencillos-¡a los que a Dios le ha parecido mejor revelarles las cosas más importantes!-; desde el amor -que sabe que, como dice San Pablo, cuando es débil entonces es fuerte-; desde la esperanza –que se resiste a considerar cualquier otra posibilidad que no sea la del sentido para todo y para todos-; y desde la fe -que sabe que cuenta con la roca, piedra angular, de Jesucristo, que lo sostiene todo con su gracia-.


Dicen que si quieres ver a Dios partirse de la risa, sólo has de contarle tus planes. En clave bíblica o salmista, la parte irreductible de la vida se traduce en que “si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles”. Por eso, quizás siempre sea un buen momento para plantearse a qué arquitecto le hemos confiado los planos de nuestra existencia.

2 comentarios:

  1. ¡Qué bueno! Y para terminar el tono 13, jejeje

    ResponderEliminar
  2. En esto del futbol no opino.Pero en lo demás...estoy bastante de acuerdo contigo, no por los mismos motivos, por ejemplo lo del móvil es una porquería y tienes razón que ha creado desigualdades, sino porqué NOKIA, compró todas las minas de material para baterías a precios de risa(en áfrica, esto de la ubicación se supone), aunque si me profesor de Organización te escuchara...saldría un buen debate. Además no sé si sabes Miguel, que cuando pasó lo del 11S, existe una ley internacional que tiene acceso a todas las cámaras de vigilancia del mundo(párkings, bancos, etc)y escuchar as llamadas y más nuevo si el Estado sospecha de que puedes ser terrorista o ir en contra del Estado tiene acceso a entrar en tu casa, y sin juicio alguno, además los métodos de interrogación no han quedado limitados.Esto a mi em da miedo, porque a saber qué será considerado en un futuro"amenaza de Estado". Pero vamos, lo de los móviles ayudan, sobretodo cuando hay un exñámen y el profesor no está (ehhhh Miguel :P).
    Y en cuanto al Metro, siempre me pareció un lugar maravillso en cuanto a la gente, y el autobus también.Este verano conocí en la EMT una monja que volvió a España por cuestiones de salud, iba al CComercial de Aluche, y al final acabamos tomándonos una coca cola donde la estación.Y su experiencia fue increíble, me ayudó a ponerme a estudiar y aprendí un montón de ella.En el metro conocí también dos mujeres, con una de las cuales ya no tengo relación, la primera cuando estaba en 1 de bach, su pareja la maltrataba y a ella le daba miedo dejarle porque tenia una niña de 15 años y ella temia que le pudiera hacer algo si lo denunciaba. Fue ahí cuando decidí meterme en Trabajo Social, y fue cuando ya no me la encontré cuando decidí renunciar a la idea, porque es una frustración saber que por mucho que la animas a que tome una decisión buena para ella no lo hará.Y con la segunda aún la encuentro( me la encontré la semana pasada), y es una mujer colombiana en la que a medida que la descubro entiendo más acerca de la vida y las cosas.
    En fin Miguel, lo cierto es que este rollo no es más que una excusa para hablarte porque os echo de menos a todos, es ahora cuando veo lo que de verdad me habéis enseñado y la labor tan mágnifica del centro.
    Con mucho respeto y cariño.
    Ani

    ResponderEliminar