domingo, 23 de diciembre de 2012

Embarazados de Dios

(a modo de sugerencia propongo esta bella canción como sintonía de fondo de esta entrada, disculpándome por si sale algún mensaje publicitario ajeno al blog y a su intencionalidad)


Puede que por evidente o por su íntima cercanía al misterio de la Encarnación, la ingeniosa manera de expresar la experiencia de fe como un embarazo de Dios puede llegar a resultar sorprendente. La experiencia de Dios, en general, y la que celebramos en Navidad, en particular, no es una cuestión en ningún caso embarazosa sino por el contrario ilusionante y estimulante. Después de un Adviento que puede asemejarse a un embarazo quizás podemos tener más claro que acoger el misterio de la Navidad es conectar ...

  • con la evidencia de la grandeza de una vida que surge
  • y con la ternura de un niño pequeño y vulnerable que es capaz de despertar lo mejor en nuestro interior
  • con la admiración de lo maravilloso que es engendrar nueva vida
  • con la conciencia de que nadie dijo que fuera fácil pero sí apasionante
  • con la responsabilidad de que no sirve hacerlo de cualquier manera pues es más propio del hombre soñar que conformarse
  • con la certeza de que tu vida va a cambiar en lo más profundo, pero con la sensación de que es ciertamente para bien
  • con la fortuna de poder compartirlo con gente que siente lo mismo que tú
  • con la incertidumbre por lo que pueda pasar y la sana frustración de experimentar que no todo va a salir como tú quisieras que ocurriese
  • con la incomparable sensación cariñosa de que mucha gente está pendiente de ti y se preocupa por ti
  • con la transmisión y la recepción de recuerdos y valores que forman parte de uno
  • con la sabiduría de que las grandes claves de la vida radican más en la sencillez que en lo ruidoso y aparente
  • y con tantas otras cosas que no es posible expresarlas en palabras.

La Navidad nos conecta conscientemente con la vida como lo hace la experiencia de estar embarazado de vida, de Dios. Si esta expresión profundamente antropológica y simbólica ha sido una mediación posible para Dios, mi deseo esta Navidad es que lo sea para todos.

Con mis mejores deseos para la gente que quiero y para todos los que se asomen por este blog...

¡Feliz Navidad!

El padre Gago, la voz religosa de la COPE

Hace unas horas se ha confirmado la noticia del fallecimiento tras una larga enfermedad del padre José Luis Gago quien dedicó su vida a ser predicador del Evangelio especialmente a través del periodismo. Muchas personas podrán hablar más y mejor sobre él, entre ellos muchos periodistas, tales como José Antonio Abellán o Carlos Herrera que no sólo trabajaron y aprendieron con él sino que le confiaron aspecto más personales e íntimos de sus vidas.

Si hablo hoy aquí de José Luis Gago es porque su voz preciosa y profunda fue para mí y para muchos oyentes, la voz religiosa que animaba la programación de la cadena COPE. En medio de noticias, cuñas publicitarias y otro tipo de comunicaciones, las reflexiones y oraciones del padre Gago lograban generar una audición atenta y curiosa a lo que su mensaje evangelizador podía dejar en antena.

La pérdida del padre Gago es hoy una pérdida humana aunque con su jubilación ya lo había sido también profesional y significativa porque su legado no ha tenido en cierta manera un heredero o un grupo de herederos que transmitiera y desarrollara su gran legado periodístico y evangelizador. Quizás hoy su marcha pueda ser no sólo un motivo para orar por su eterno descanso sino también para reconsiderar con humildad lo que su legado nos enseña en lo que a la comunicación periodística del evangelio se refiere.

Ojalá así sea y descanse en paz la voz religiosa de la COPE: fray José Luis Gago OP.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Adviento y crisis (III): permanecer alegres

El tercer domingo de Adviento es conocido popularmente como el domingo del “gaudete” (imperativo en latín del verbo “alegrarse”). Esta expresión tiene un sentido doble: la importancia de la alegría y que esa importancia para el cristiano es en un sentido exhortativo un imperativo.

No hay cristianismo sin alegría o mejor dicho no hay cristianismo sin auténtica alegría, es decir, la alegría que realmente llena de sentido el corazón del hombre. Es la alegría que no sólo permanece para siempre sino que también ayuda a permanecer en tensión vital ante los designios de la vida. La alegría cristiana no es un reír o sonreír porque sí, sino un estado de ánimo valiente, lúcido y optimista que sostiene su vitalismo en un fundamento real que se experimenta desde lo más cotidiano de la existencia hasta en lo más extraordinario.

Para ello puede resultar conveniente e incluso diría que necesario, aprovechar el tiempo de Adviento para revisar todo lo cotidiano y extraordinario de nuestra vida para cerciorarnos de que nuestra alegría es sincera, honesta y veraz. Mirado desde estos tiempos de crisis, lo importante de nuestra vida no puede quedar empañado por una crisis material que, aunque no es ajena a lo moral y espiritual, no puede ser, en ningún caso, más importante que lo propiamente moral y espiritual.

Desde ahí, se puede imponer mejor la auténtica alegría a los vaivenes insospechados y, a veces, indeseables de la vida.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Gracias por Las Estaciones del silencio

¡Felicidades, Jose, por Las Estaciones del silencio!

Y, sobre todo, gracias por este regalo que nos haces y por lo que ello significa, en empeño, ilusión, frescura reflexiva y realización propia y comunitaria. Aunque este proyecto tiene ya mucha vida y ya ha sido presentado en otros foros (por ejemplo, en Alcalá la Real, el pasado mes), hoy es un día especial porque presentas tu obra en casa, en Linares, rodeado de los tuyos, acomodado entre las caricias de quienes sabes que en una u otra forma son benefactores de tu vida y tu obra. Espero que sea un acto acorde a lo que representa y que todos lo disfrutemos.

Como guiño personal de hermano y amigo, y salvando las distancias con mucho pudor, me uno a la iniciativa de otros autores como X. Pikaza, de saludar a tu libro con las líneas que un día redacté para ti con el mismo cariño y gratitud con la que hoy las ofrezco en mi blog. En ellas, va implícita y explícita una clara alusión a nuestra fraternidad dominicana hecha realidad en la profesión o compromiso de vida en Cristo, al estilo de Domingo de Guzmán.

Sabes que te queremos. Y a seguir predicando a tiempo y a destiempo. Un fuerte abrazo.


Predicar desde el Silencio

Al escribir sobre Las Estaciones del Silencio, me acuerdo de que hace ya muchas primaveras que conozco a Jose Chamorro. Desde aquel momento fugaz en Valladolid, una cosa está clara: él no ha dejado de crecer en múltiples aspectos, pero sobre todo en el espiritual. Lo que sí permanece inalterable, sin embargo, es su capacidad de apasionarse. Si bien lo que ocurre es que ahora dispone de un campo mucho mayor para expandir su pasión por la verdad y tú, querido lector de este libro o del blog Desde el silencio, eres sin haberlo sospechado un nuevo y afortunado beneficiario de esta situación.

No es casualidad que Jose haya escogido el silencio como leitmotiv de su pensamiento. Porque aunque aparentemente se pudiera pensar que a él no le gusta el silencio, entre otras cosas por la energía de su risa o por su costumbre de escuchar música con el volumen a cierto nivel, lo cierto es que un alma monacal habita su mundo interior. No se trata de un detalle menor que se deriva de sus gozosas visitas y estancias en muchos de los monasterios benedictinos y cistercienses que hay en España, sino que se trata de algo mucho más profundo. El silencio es el ámbito en el que resuena con mayor fuerza y belleza el canto de alabanza y admiración por las maravillas que cada día descubre en Dios, en los hombres (sin excluirse a sí mismo) y en la naturaleza.

Por ello la estructura del blog gira en torno a tres disciplinas fundamentales para Jose: la teología, la psicología y la ecología, entrelazadas desde la óptica de la interdisciplinariedad. En la primera se puede percibir el mayor grado de crecimiento de la densidad y profundidad de las reflexiones del blog. En ellas destacan las motivaciones cristológicas y eclesiológicas, es decir, la expresión del mesianismo de Jesús (especialmente su componente sanadora) proyectada en la historia en la misión salvífica mediada por la Iglesia. Por eso, la teología de este libro brota desde las entrañas de quien vive con pasión su misión de ser, en la medida de sus posibilidades, un humilde mediador entre Dios y los hombres. En el caso del autor esto se llama ser dominico.

En el terreno psicológico, Jose se adentra en el mundo interior de las personas de la mano de psicología orientada a la pedagogía. Su profundización en esta corriente mediante el estudio y los cursos, a veces incluso a base de un meritorio esfuerzo y sacrificio personal, le han llevado a hallar una veta que le permite conocer al individuo de modo más empático, alejándose de enfoques más tradicionales y viciados y optando por otros que depositan una mayor confianza en el desarrollo natural y espontáneo del individuo.

Finalmente, en los escritos de corte más ecológico el lector podrá encontrar un auténtico ecosistema epistemológico en el que afloran proyecciones muy gráficas y estimulantes de lo que la teología y la psicología o la pedagogía puede aportar a la vida cotidiana, a la naturaleza y al lugar que cada ser humano ocupa en el planeta. La pasión con que brotan estas ideas lograrán que muchas personas puedan incluso llegar a sentirse como si estuviera dando un paseo por la sierra de Cazorla o como si Jose nos estuviera escribiendo, de modo personalizado, otra Carta de la Tierra.

Confío en que estas orientaciones puedan servir para entender por qué Jose Chamorro García piensa, siente, actúa y escribe Desde el Silencio. Pero no quisiera dejar de explicitar que su pasión es fruto de un doble enamoramiento (indisociable del que le une a Tania): el de un místico que vive por y desde el Dios que es la fuente de su existencia; y el de un predicador que sabe que esa fuente debe ser canalizada y difundida para calmar y saciar a todas las personas que tengan sed de vida en abundancia. ¿Será por eso que salpicados entre los textos figuren algunos poemas esculpidos desde lo más recóndito de su ser?

Al pasar las páginas de este blog hecho libro es posible que el lector encuentre ecos e influencias de grandes autores como L. Boff, T. Merton, M. Eckhart o W. Jaeger entre otros muchos, sin olvidar otras presencias menos ilustres y más presentes en la actualidad cotidiana del autor. Sin embargo, por encima de ellas, están la naturalidad y la frescura de una forma de pensar propia que no dejará indiferente ni pasivo a quien tenga oportunidad de leerla. Brindo por ello y espero que cuando el lector termine de leer este libro haya podido experimentar, a su propio modo, la importancia de sumirse en el silencio para poder escuchar su propia voz interior.

Madrid, 23 de enero de 2011
Miguel Peiro

martes, 11 de diciembre de 2012

Adviento y crisis (II): preparad los caminos

El Adviento nos ofrece la figura alentadora y estimulante de Juan Bautista. No se trata del protagonista de la historia aunque su rol y su papel bien pudiera merecerlo. Su grito profético es una inspiración para el creyente: “preparad los caminos al Señor”, pues vivir en crisis es en buena manera una forma de estar buscando la forma de salir de ella.

Uno de los rasgos de las crisis es que quien las viven en primer plano, suelen tener por misión preparar los caminos de la salida de la crisis. Esta dinámica de sembrar y de sentar las bases para el futuro presupone una fortaleza espiritual encomiable pues no sólo afecta a la exigencia de la misión de encarar directamente las causas de la crisis, sino que esto ha de hacerse sabiendo que quien lo procura no será ni siquiera beneficiado, o al menos no principalmente, de la recompensa aparente de ella.

La figura del Bautista en este Adviento nos lanza esta exigente propuesta espiritual que, aunque reñida con los protagonismos no lo está con la riqueza humana que deja como rédito a quien la trabaja y a su entorno.

En el Adviento entendido como tiempo de esperanza podemos abrirnos a una doble dimensión de la misma: la esperanza que se construye en el día a día, como la casa fundada sobre la roca que no puede ser derribada por la tempestad; y la esperanza que adelanta la llegada de un nuevo tiempo que se prepara pero que también se desea y se anhela. Ambas dimensiones pueden ser dos fundamentos de la esperanza en medio del pesimismo que anida en nuestras sociedades hoy en día.

martes, 4 de diciembre de 2012

Adviento y crisis (I): levantad la cabeza

Aprovechando que comienza el Adviento, quizás pueda ser una buena oportunidad para realizar cierta introspección espiritual que, dado el contexto de crisis, no caiga en lo exageradamente abstracto. Si en el primer domingo de Adviento se nos invita a levantar la cabeza, puede que lo que proceda sea preguntarnos qué es lo que nos hace estar cabizbajos o qué no nos permite mirar hacia arriba o hacia delante.

En mi opinión, uno de los factores que nos tienen descolocados es cierto intrusismo espiritual. No es sólo que hayamos permitido que nos volteen nuestras escala de valores, sino que además de modo consciente o inconsciente, empleamos muchas de nuestras fuerzas y energías en promover y potenciar tan funesta dinámica. Tal intrusismo espiritual consiste en haber incorporado valores materialistas, superficiales y capitalistas a nuestra vida hasta tal punto que el problema ya no es sólo que no nos rebelemos contra ciertas pautas, sino que incluso hemos olvidado que tendríamos que hacerlo.

Si preguntáramos en voz alta quiénes son las personas que se consideran contrarias a los principales postulados capitalistas y neoliberales, serían muchas las manos alzadas. Sin embargo, ¿sus actos y sus decisiones cotidianas corroborarían en la práctica lo que pregonan en la teoría? Soy pesimista acerca de la respuesta.

No obstante, se me ocurren dos puntos de reflexión a la hora de enfrentarse al reto de rebelarse contra nuestras esclavitudes cotidianas (y del sistema, si se quieren añadir). La primera es la exigencia cristiana de ser trigo en medio de la cizaña pues todo cambio evangélico debe asumir el contexto a transformar como contexto propio y no como algo postizo o aislado que no me afecta o no me debería afectar. Por ello, afrontar los problemas y las dificultades ha de ser un reto y un estímulo para los cristianos y no tanto una excusa para dimitir de la esperanza.

La segunda se refiere al principio básico de la Doctrina Social de la Iglesia que antepone el valor de la persona ante cualquier idea o planteamiento social, político o económico. Es por eso que restaurar y refrescar mi identidad como persona (lo que soy, lo que valoro, lo que me apasiona) puede y deber ser el principal motor de la crítica y la autocrítica ante lo que me trata de esclavizar.

Sé que no es fácil esquivar ciertas trampas de nuestro mundo cotidiano, sin embargo, desde la fe cristiana es posible mirar hacia arriba y encontrar en el Mesías una profunda convicción para confiar en que se acerca nuestra liberación: la invitación a aceptar el desafío de ser libre y combatir las perversiones del sistema desde dentro y la apuesta por ser persona y ayudar a los demás a ser personas que sean y se sientan en cada momento sujetos de su realización y su felicidad. Si esto no nos moviliza, al menos debería descongelar alguno de nuestros planteamientos atrofiados por la rutina. Si aún así, no fuera suficiente, mirar al Belén es siempre un recordatorio profético y espiritual de que, aunque quisiéramos, no podemos cejar en el empeño de contribuir a aumentar la justicia y el derecho en nuestra tierra.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Algo de luz sobre el buey y la mula

Mucho ruido mediático, unido a mucha ignorancia son dos ingredientes demasiado peligrosos como para que no hubiese cierto revuelo y escandaloso desconcierto sobre la referencia teológica del papa a la cuestión del buey y la mula, más aún cuando hay siempre algún voluntario dispuesto a crear confusión. Tratando de rebajar el ruido mediático y sobre todo ofreciendo datos teológicos que, seguramente, - pues no he leído el libro del papa- no son distintos de aquellos en los que se basa el Pontífice, aparece este breve pero ilustrativo texto de D. Julián Ruiz, obispo de Jaca y Huesca.

Os lo facilito a través de este enlace a la página en la que lo he encontrado. Espero que ayude a clarificar y me congratulo de que honre la labor episcopal de orientar a los fieles.

¡Buen comienzo de Adviento a todos!

lunes, 26 de noviembre de 2012

Iniciativa solidaria: Sonrisas dulces

Aunque siempre he contemplado la posibilidad de promover, de modo humilde y dentro de las posibilidades del blog, iniciativas que me llegan por correo electrónico, hasta ahora sólo lo había hecho en el caso de la campaña KONY 2012. Sin embargo, la que sugiero hoy me parece especial a su manera (pues todas son especiales en cierto sentido). Se refiere a la dura realidad del cáncer infantil. Para contribuir a la investigación para paliar esta enfermedad, la empresa de golosinas Migueláñez nos propone la campaña “Sonrisas dulces”, mediante la cual cada visualización del vídeo de la campaña otorga 5 céntimos a esta causa.

Espero que esta entrada permita a más gente conocer esta iniciativa y a concienciarnos de esta realidad que, en lo que me ha afectado de modo relativamente cercano, se ha reconducido no sin esfuerzo en una victoria de la esperanza sobre la enfermedad.

Si algún lector valora positivamente la difusión en el blog de este tipo de propuestas solidarias, agradecería que lo reflejara en los comentarios y así evaluar la pertinencia de incluir otras en el futuro. Gracias a todos.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Providencia: sentir a Dios y a los demás

En esta semana se ha celebrado la fiesta de la Virgen de la Providencia y pensando una forma de expresar a los alumnos del colegio en qué consiste la Providencia se nos ocurrió la siguiente frase: “Providencia es saber y sentir que siempre hay alguien que vela por nosotros”.

Con este lema, quizás largo para ser un lema, se expresa la relación profunda, sincera, honesta y confiada del creyente con Dios, que es a su vez reflejo de cómo deber ser la relación de uno con los demás seres humanos.

Es decir, por un lado, la Providencia de Dios nos hace caer en la cuenta de que nuestra vida está en el fondo sujeta en sus manos y en sus designios amorosos. Esas manos y esos designios se valen de personas, instituciones y circunstancias que nos deberían recordar lo afortunados que somos de contar con personas que velan (y se desvelan) por nosotros. Cada cual que haga su lista y actúe en conciencia y consecuencia con ella.

Por otra parte, la Providencia de Dios nos exhorta a vivir nuestra fe de forma adulta y madura y esto se traduce en tomar conciencia de que nosotros también somos personas que velan o deberían velar por las demás personas. ¿Lo hacemos? ¿Es ajustada nuestra entrega a los demás en relación a la esperanza y confianza que tienen en nosotros?

Ser cristiano es una manera apasionante de vivir la vida con plenitud y sentido. Saber y sentir que Dios y muchas personas están incondicionalmente a nuestro lado es una suerte y un don. Pero todo eso será incompleto si no somos capaces de transformar la gratitud en dinámica de gracia que da gratis lo que también ha recibido gratis.

lunes, 5 de noviembre de 2012

¿Más filosofía y menos teología?

A gritos y, sobre todo, a empuje de ignorancia y falta de respeto, un grupo de personas asaltó hace unos días un colegio de salesianos en Mérida, proclamando su gran propuesta epistemológica: “más filosofía y menos teología”. Más allá de la majadería del acto, me parece útil plantearse qué actitudes vitales y mentales pueden desprenderse de las relaciones entre filosofía y teología.

La primera es, sin duda, la más inmediata: hay quienes consideran que la filosofía es capaz de desactivar a la teología. Tal opción adopta una postura materialista que impide la exploración de ciertos temas que pertenecen por ley la metafísica y que abren la puerta a una visión religiosa y sobrenatural. Un ejemplo de esta posición es el ateísmo filosófico, si bien el paso del tiempo ha puesto de manifiesto tanto algunos de sus logros críticos como sus rotundos fracasos en mostrar el carácter falso y nocivo de la fe y de la religión.

Una segunda postura es la que propaga la postura opuesta: más teología y menos filosofía. Se trata de una postura no poco frecuente en trabajos e instituciones que se tildan de teológicas. Sin embargo, en cuanto atajo o apaño epistemológico está condenado de por sí al fracaso y como señaló en su momento el teólogo protestante Karl Barth puede hacer incurrir al teólogo en el mayor de los ridículos, pues proporcional a su talla epistemológica es el riesgo que asume en su quehacer.

Finalmente, otra actitud es la de quienes consideran que la filosofía es una importantísima base crítica de cualquier tipo de teología que pretenda considerarse como tal. Ésta es, sin duda, la opción más interesante pues en el diálogo razón-fe la aportación de la filosofía es decisiva para evitar desvaríos fideístas y excesos racionalistas. Cuando la filosofía y la teología se armonizan en su vuelo para otear de modo veraz la realidad se erigen, en palabras de Juan Pablo II, en dos alas sobre las cuales apoyar el vuelo hacia la verdad.

Nótese que la primera y la segunda postura coinciden en una ceguera epistemológica que dificulta el proyecto de conocimiento de la verdad, más allá de que por debajo puedan existir otras intenciones menos admisibles. Es por esto que el buen filósofo y el buen teólogo, como cualquier hombre de bien, no se arredra ante patrañas y proclamas panfletarias, como las del otro día en Mérida, que no resisten el más mínimo envite de un criterio epistemológico medianamente serio.

domingo, 28 de octubre de 2012

¿Se equivocó el papa?

Últimamente da la sensación de que hay ciertos intereses preocupados en involucrar al mayor número de países y grupos en el denominado conflicto de Siria. Por un lado está la crisis de la frontera de dicho país con Turquía y ahora aparece un foco mucho más incendiario: el atentado contra el jefe de inteligencia en Líbano.

Muchas son las posibles reacciones pero una de ellas, dado que esto no es un blog de política internacional, hace referencia al mensaje que el papa dirigió al pueblo libanés hace tan sólo unos meses. La tesis central del mensaje era animar al pueblo libanés, especialmente a los cristianos, a no sucumbir a la tentación de la desesperanza y del recurso a la violencia, a la vez que rezaba porque el conflicto no se extendiera a esa región. Mucha gente recibió al papa y a sus palabras con gratitud y esperanza; pero otros muchos quedaron escépticos ante lo que un líder religioso cristiano podía aportar a la situación política del país.

Sin más rodeos, una pregunta se cierne ahora: ¿Fracasó o se equivocó el papa en su mensaje al pueblo libanés? Por una parte, parece que aquella visita, lejos de mejorar la situación podría haberla tensionado incluso. Por otra parte, el mensaje del papa puede interpretarse como un aviso de algo que de hecho se está produciendo ahora.

Es difícil saber si el papa acertó o se equivocó, pero hay algo mucho más relevante y es que su mensaje deja un inequívoco mandato para los cristianos y en general para la gente de bien del Líbano: Mantened la serenidad, aunque viváis como corderos en medio de lobos. Si alguien está interesado en incendiar el conflicto no puede encontrar en los cristianos el combustible de su maldad. Si lo que está ocurriendo es algo más fortuito, los cristianos han de ponerse a trabajar por la auténtica reconciliación y la paz, aún a sabiendas que su poder no es el mismo tipo de poder que el de las grandes potencias que se ocultan tras el conflicto. Y para saber si el papa acertó o se equivocó, quizás sería bueno poder comprobar si él es el primero de los cristianos que ejerce de modo práctico e inequívoco esta misión, tanto a nivel pastoral como diplomático. Como creyente, estoy convencido de que es así y además rezo porque así sea y por el Líbano y por Siria también.

viernes, 19 de octubre de 2012

Las víctimas del capitán Araña

Se suele a apelar al capitán Araña, cuando uno se refiere a alguien que convence o manipula a otras personas para embarcarlas en un proyecto y luego dejarlas abandonadas a su suerte. Y el caso es que no puede dejar de recordar esta imagen cuando pienso en algunas ideologías, instituciones y planteamientos que tienen bajo su responsabilidad moral la opción de arruinar no sólo sus ideales sino también las vidas de las personas con nombre y apellidos que pueden verse arrastradas por las aristas de la estupidez y del egoísmo humanos.

Por no ser tan críptico y aprovechando la actualidad me referiré al esperpéntico tema del nacionalismo, pero lo que trato de decir sirve para grupos escolares, partidos políticos, sindicatos, parroquias, movimientos religiosos, etc.

Dejando a un lado la toxicidad mediática que rodea al tema del nacionalismo en la polémica artificial que llena minutos de telediario, es importante hacerse dos reflexiones clarificadoras: ¿a dónde conducirá la reinvindicación? (es decir, cuál es el presumible resultado del fin que se persigue), y ¿cuál es el precio a pagar por intentar sacarla adelante? (a saber, medios humanos y materiales que hay que emplear).

Sobre lo primero, basta con decir que ni el éxito ni el fracaso del fin planteado en muchas apuestas nacionalistas tiene visos de ser una opción deseable. Si se logra el fin, en principio parece que sería la antesala a un estado de mayor aislamiento y debilidad pues el gusto a corto plazo de liberarse de algo molesto puede convertirse en un grave error a medio y/o largo plazo. Y esto vale no sólo para lo económico, sino también para lo cultural y otros ámbitos.

Respecto a lo segundo, todo individuo que se presta a invertir, gastar o arriesgar su vida por una ideología debería hacer como mínimo una estimación de las consecuencias personales de su apuesta. Este ejercicio introspectivo debería tener el objetivo de revisar si uno está siendo manipulado o instrumentalizado en pro de objetivos que son los del capitán Araña y ni siquiera de la presunta misión para la que reclutó a su tripulación de valientes o incautos (según se vea). Por ejemplo, esto serviría para manifestantes independentistas, militantes de bandas terroristas y reclutas de fuerzas armadas nacionales (ahora que recordamos el desastre de Annual).

Es por todo esto, por lo que quizás los medios de comunicación, en lugar de ser altavoces de majaderías y barbaridades con afán de alterar el universo mediático, podrían hacer un noble servicio previniendo y avisando a todas las personas que pueden estar en riesgo de ser traicionados por la propia causa a la que desean servir. Si no lo hacen los medios, quizás podríamos confiar en los intelectuales. Pero yo la opción que prefiero es la de que cada cual luche por tener tal nivel de formación que cualquier tipo de manipulación encuentre el serio obstáculo de la libertad y la inteligencia.

jueves, 11 de octubre de 2012

50 años del concilio

El 11 de octubre se cumple el 50º aniversario de la inauguración del concilio Vaticano II. Tal acontecimiento constituye casi con toda seguridad el evento más decisivo de los últimos años y quizás siglos) de la historia de la Iglesia. Como los análisis serán muy numerosos y de mayor calidad de lo que aquí se pueda decir, quizás proceda conformarse con una reflexión desde la gracia, inspirándose en dos aportaciones excepcionales del concilio.

La primera es el espíritu de “aggiornamento”. Si hay un rasgo destacable en la labor conciliar, éste es el espíritu de honestidad y autocrítica que inundó la Iglesia, traduciéndose en la firme y determinada voluntad, aunque no exenta de obstáculos, de ponerse al día para poder ser fiel a su misión y llevar el evangelio en clave de servicio a todo el mundo. Es por ello que quizás el concilio nos sigue retando hoy a preguntarnos hasta qué punto hemos atendido a esta llamada de “actualización servicial” tanto como cristianos de a pie, bien como Iglesia institucional y asamblea llamada a celebrar, vivir y transmitir la salvación.

La otra aportación se refiere a la capacidad de estar abiertos a la novedad y a la sorpresa de la vida, en general, y de Dios, para el creyente en particular. Todo el que conoce la forma de gestarse el concilio Vaticano II sabe que supuso una grandísima sorpresa incluso para quienes estaban situados en puestos de decisión muy relevantes en la Iglesia. La propuesta de Juan XXIII fue un desafío al acomodamiento, a la monotonía y a la apatía en 1962 y vuelve a ser hoy, 50 años después, un aguijón espiritual que redinamice muchos apostolados y actividades eclesiales, tanto extra-ecclesia como al interior de la propia comunidad. Del mismo modo, hoy el concilio es también un fogonazo de nuestra experiencia de Dios que es capaz de renovar nuestro ser cristiano tanto por dentro como por fuera.

50 años después de la inauguración del concilio, sigue siendo válido trascender las discusiones teóricas y dar el auténtico valor a las vivencias prácticas y espirituales que emanan de su auténtica riqueza teológica. Es, quizás por esta razón más que por otra, justo y necesario que se celebre y demos gracias por la gracia que por mediación del concilio se derramó y se derrama sobre la Iglesia y sobre el mundo.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Francisco de Asís,inspirador de la humanidad

La figura de San Francisco de Asís sigue siendo una referencia de convivencia, justicia y paz para muchas personas, especialmente para quienes encuentran en el Evangelio vivido al estilo franciscano una inspiración para sus vidas. Por eso, hoy me atrevo a invocar su figura como modelo de diálogo y espiritualidad para encarar estos tiempos de crisis. Para ello, recurro al esquema de su famosa oración, aderezada con algunas modificaciones:


Oh, Señor, hazme un instrumento de tu justicia.
Donde haya miedo, que lleve yo la fe.
Donde haya discordia, que lleve yo el consenso.
Donde haya rencor, que lleve yo la misericordia.
Donde haya impaciencia, que lleve yo la comprensión.
Donde haya confusión, que lleve yo el criterio.
Donde haya desesperación, que lleve yo el coraje.
Donde haya sinrazón, que lleve yo el sentido.

Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto

llevar la razón, sino buscar la verdad;
ser luz, sino reflejo de la luz;
ser autocomplaciente, como vivir abierto a la gracia.

Porque es:
arriesgando, que se vive intensamente;
luchando, que se consiguen los sueños
orando, que se escucha el latido de Dios en cada suceso de la vida.

Amén.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Cada uno su función

El 29 de septiembre nos brinda la fiesta de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Se trata de una fiesta que contiene un sentido religioso profundo que mana del sentido de los nombres de los arcángeles, sus apariciones en la Escritura y su posible aplicación a la vida contemporánea.

Empezando por los nombres y sus apariciones en la Escritura, Miguel significa “¿Quién como Dios?”, pues representa el liderazgo de las legiones de ángeles que se posicionan en favor de Dios y se enfrentan al ángel caído en su pretensión de situarse a sí mismo como centro de la vida, la creación y la historia. Ante el mal y el egoísmo del demonio (que pregona su lema “¿Quién como yo?”), Miguel se pone en función de Dios y abandera el avance del bien y de la fraternidad que ilustran el reinado de Dios.

Por su parte, Gabriel significa “mensajero de Dios”. Esto explica que el arcángel figure en algunas de las principales revelaciones bíblicas, como la Anunciación sin ir más lejos. Su función anunciadora de la voluntad de Dios pertenece de tal forma al imaginario colectivo y simbólico no sólo cristiano sino también del resto de grandes religiones monoteístas, especialmente del Islam.

Finalmente, Rafael es la “medicina de Dios”. Su función no es sanadora en un sentido meramente médico o corporal, sino que también lo es en un sentido espiritual. La aparición del arcángel Rafael en la Biblia se centra en la curación de la ceguera de Tobías, retirando las escamas de sus ojos y posibilitando que la luz de la verdadera vida vuelva a iluminarlos.

Como se ve, la relación de nombres y apariciones bíblicas es evidente, pero también es clara la relación de ambos con la función que ellos están llamados a realizar. Y así, esta puede ser la principal aplicación religiosa o teológica que nos ofrecen los arcángeles en la actualidad. Todos tenemos nuestra función y esa función tiene mucho que ver con los designios de felicidad de Dios para con el ser humano. Ser, estar y vivir en función de Dios puede ser una forma actual de hacer presente a Dios, transmitir su mensaje y ser palabra de esperanza y sanación para quienes nos rodean.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Aprendiendo con Loli

¿Quién puede domesticar la energía de unos niños de tres o cuatro años? Quizás sólo quien es capaz de vivir desde la sencillez absoluta y adentrarse cómplicemente en su mundo de juegos y de risas y así poder tocar de lleno su corazón y enseñarles cuatro o cinco cosas claves para afrontar el resto de su vida.

Algo parecido a esto reflexionaba yo mientras un pequeñajo ponía a prueba la paciencia y la pedagogía de su madre y de un servidor, medio acorralados en un rincón del vestíbulo del colegio. Y, de repente, la presencia silenciosa pero majestuosamente ejemplar de Loli hizo acto de presencia en aquel vestíbulo enloquecido. Entonces el niño se paró y empezó a gritar apasionadamente el nombre de su señorita: ¡Loli, Loli! Todo tiene su arte y está claro que la señorita Loli ejercía magistralmente, nunca mejor dicho, el suyo.

Hoy, en uno de esos relámpagos existenciales con que nos sorprende la vida, se ha marchado Loli. Y de nuevo lo ha hecho a su manera, de forma sencilla, tranquila y silenciosa, como si se acabara de apurar su último cigarrillo. Sin embargo, nos deja llorosos a mucha gente que la vamos a echar muchísimo de menos, especialmente sus niños de Infantil.

En medio de esta desolación, me surge tras el relámpago el trueno existencial en forma de pregunta cuando se nos mueren esas personas que son buenas hasta decir basta: “Señor, ¿por qué te has llevado a Loli si nosotros la necesitábamos mucho más que tú?” No sé si hay respuesta, pero es posible que esta tenga que ver con que nosotros tengamos que aprender a hacer las cosas igual de bien sin su valiosa labor. Posiblemente tal respuesta no sea muy consoladora, pero quizás sí nos servirá para reforzar la fe que nos permita levantarnos mañana y empezar un nuevo día pero ya sin ella (o mejor dicho junto a ella pero de una forma más espiritual).

¡Hasta la vista, Loli! Yo, como tú, sólo soy un humilde creyente que confía en la fuerza de la resurrección, ese misterio de amor por el cual la muerte nos conduce para siempre a la vida. Y confío en ello no sólo porque Jesús de Nazaret nos lo prometió, sino porque he aprendido de ti, junto a los niños de Infantil, el secreto de otro misterio de la vida: cómo hacer brotar la alegría y las risas de los niños desde la sencillez y el silencio.

Descansa en paz, Loli. Te prometo que cuidaremos bien de tus niños.

martes, 11 de septiembre de 2012

Memoria inteligente

Una fecha como la de hoy nos lleva a recordar el acontecimiento de los atentados sucedidos hace once años en Estados Unidos. Los noticieros nos reponen las imágenes de aquellos momentos de forma casi cansina, como si acaso eso no tuviera ya un lugar en nuestra memoria.

Por otra parte, el recordatorio de estos episodios me sugiere una pregunta tan trivial como relevante propia de la Filosofía de la Historia: ¿qué convierte a este acontecimiento en digno de mayor recuerdo que otros? (no lo digo por el 11-S, sino por cualquier acontecimiento público o privado que ocupa un lugar preferencial en nuestra memoria).

Y es en estas meditaciones cuando me viene a la mente (¡hago memoria!) de las sabias enseñanzas de fray Eladio Chávarri OP, que propone ejercer lo que él denomina memoria inteligente, lo cual no es otra cosa que seleccionar bien los recuerdos para quedarse con los realmente dignos de permanecer en ella y desechar otros que, en definitiva, no nos dejan vivir como aspiramos a vivir. Se trata de un planteamiento sabio que requiere una ejecución sabia pues siempre está la tentación de pretender elegir los recuerdos que me “interesan” en lugar de los que “realmente corresponden”. Así, puedo recordar perfectamente la última conversación con un ser querido -por mucho que me duela su muerte-, porque en ella compartí una experiencia que me ayuda a vivir como quiero vivir.

Hacer memoria no es sencillo y sin embargo es fundamental para el ser humano, pues aveces pretendemos manipular nuestros recuerdos como hacemos con las palabras, con los pensamientos, incluso con las personas o con la realidad.

Hoy, en este día de recuerdos para muchos, rompo una lanza en favor de la memoria inteligente y sugiero a quien quiera acoger esta invitación que trate de hacer memoria de una breve lista de acontecimientos, experiencias o momentos que le ayuden a entenderse y reconocerse tal y como esa persona es en realidad.

No digo más, ¡a ejercer la memoria inteligente!

jueves, 23 de agosto de 2012

Los domingos del verano

La estampa de unas personas mayores solitarias y soportando el calor hace inevitable que me venga a la mente y a las entrañas la enorme vulnerabilidad que experimentan muchos ancianos. A sus achaques de salud se les unen dificultades como el calor y la falta de movilidad que les deja, en muchas ocasiones, fuera de los planes cotidianos y de veraneo. Para algunos ancianos, la presencia de tiempos festivos, familiares y/o de descanso se convierte en una dura manera de comprobar que la soledad que les acompaña es de la mala, es decir, impuesta por factores que no siempre son consecuencia merecida por sus acciones y decisiones en otros periodos de su vida.

Sólo las fiestas de Navidad se pueden equiparar a estos domingos de verano como un termómetro personal, familiar y social en el que uno puede evaluar cómo marchan determinadas dimensiones de nuestro proyecto de vida.

Nos guste o no, el ser humano requiere de los hitos del tiempo como indicadores y evaluadores de nuestras relaciones y de nuestra felicidad. Cuando somos jóvenes podemos caer en la tentación o en el error de huir de las señales que la vida nos ofrece, distrayendo nuestra mente y nuestra conciencia con actividades ad hoc. Por eso verano y ancianidad me evocan hoy un contexto temporal que muestra que, a veces, no es posible huir de la realidad como en las tardes de verano donde ningún amigo rondaba por la ciudad y el tiempo se hacía eterno. También los ancianos nos muestran que saben más por su longevidad que por otras cosas, así que me atrevo a elevar una petición de atención a los ancianos y a nuestra propia forma de vivir para que este tipo de situaciones se reduzcan notablemente. Se trata de una especie de simbiosis ética y humanista: si los ancianos hacen bien su papel, pueden ayudarnos a los que venimos por detrás, si los jóvenes hacemos lo que nos corresponde, nuestros abuelos podrán no sólo vivir y descansar como merecen sino emplearse más en la difícil tarea de señalar los detalles buenos y malos de algunos rincones de la vida por los que ellos ya han pasado.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Arde sobre quemado

Las noticias del verano posponen la gravedad de los datos macroeconómicos y sus perversas consecuencias en las realidades microeconómicas para dar lugar a otro tipo de noticias más estacionales. Entre ellas, un tema estrella son los incendios forestales que parecen asolar nuestro ya de por sí seco y árido paisaje.

Sin ser un asiduo seguidor de los noticieros ni un experto en incendios forestales, me llama la atención que haya regiones de nuestro país que son más habituales en este tipo de incidencias. Incapaz de poder determinar las causas, sí me atrevo a plantear una solución que por falta de procuración me temo que denota cierta ineficacia, no poca estupidez y, quizás, un mucho de negligencia.

En concreto me refiero al caso de las islas Canarias, las islas llamadas “afortunadas” que, teniendo por ventura un ecosistema y un clima privilegiados, parecen ser unas islas “desgraciadas” porque su principal activo patrimonial sufre daños ecológicos un año sí y otro también, sin que parezca afectar a la inteligencia y a la honradez de políticos nacionales y regionales que, por ejemplo, siguen sin invertir en la adquisición de un hidroavión para las islas.

Hay cosas que no se entienden sin tener que pensar cosas raras. Pero hechos ta reincidentes y tan nocivos exigen una respuesta más seria y eficaz, porque no consuela nada, sino que por el contrario irrita más aún, que en una tierra tan preciosa y querida como la canaria, hace tiempo que arde sobre quemado.

martes, 7 de agosto de 2012

La conexión mística con Domingo de Guzmán

A la hora de investigar sobre la biografía de Domingo de Guzmán, con frecuencia se han exagerado algunos de los momentos que predominan en su trayectoria vital: especialmente su juventud en Castilla, su etapa en el Mediodía francés y su condición de fundador de la Orden de Predicadores. Sin embargo, me parece decisivo considerar toda la vida de Domingo como un proceso global que tiene por objetivo fundamental la búsqueda incansable de Dios. Y es que, en mi humilde opinión, y en clara sintonía con la tradición dominicana, al igual que ocurre con Dios, lo más interesante de la figura de Domingo es lo que aún desconocemos de su vida pero anhelamos no sólo conocer sino también vivir.

En este momento de mi propia biografía, cuando me preguntan quién es Domingo de Guzmán para mí, la mejor respuesta que se me ocurre es que Domingo es una propuesta apasionante para buscar y, sobre todo, para vivir a Dios.

Echando un vistazo a cada momento de la biografía de Domingo encuentro un elemento común que puede resultar especialmente explicativo. En todos los momentos de su vida, Domingo se siente y actúa como un infatigable buscador de Dios. Digo esto porque entre disputas acerca de si en el primer dominico predomina la vida contemplativa o la vida activa, en realidad lo que ejerce un papel de motor espiritual es una vertiente mística que antepone por encima de todo su relación con Dios, ¡incluso lo que parecía que era su vocación! No se olvide que Domingo va renunciando poco a poco a su sueño de ir a predicar a tierra de cumanos, aparte de tener que dejar su cómoda vida en la catedral de Osma y otras cosas.

Con esto no pretendo decir que el nombre de Santo Domingo deba ser incluido en la lista de místicos “oficiales”. Tan sólo pretendo hacer notar que la mística es un factor esencial para entender quién fue y quién puede ser hoy Domingo para nosotros. Si Domingo es predicador de la gracia, lo es porque experimenta místicamente tal gracia; si ora y se entrega por su prójimo -especialmente por los pobres pecadores-, lo hace porque vive su compasión no como mera solidaridad sino de modo profundamente místico; si funda una institución para legarle el tesoro de su carisma, lo hace desde la confianza mística de que si no es algo de Dios no perdurará de modo fecundo; pero, sobre todo, Domingo acepta e integra lo que la vida le propone porque es capaz de asumirlo y celebrarlo desde su relación mística con Dios.

Hoy, casi ocho siglos después, la propuesta de Domingo sigue viva. Y esta propuesta es un estímulo y un aguijón espiritual para mí por dos razones poderosas: la primera porque los frutos del árbol de la gran Familia Dominicana no serán fructíferos si sus ramas no son capaces de recibir, apreciar y aprovechar esta savia mística; y la segunda es incluso más relevante pues esta dimensión mística demuestra su vigencia en su conexión con lo que yo mismo vivo en mi realidad que me pide una palabra de gracia para explicar su sentido desde Dios. Si el Bautismo nos convierte en “alter Christus”, la profesión, la promesa o la simpatía dominicana nos convierte místicamente en “alter Dominicus”, revelando así otra dimensión de lo que Y. Congar OP expresó genialmente como sentirse “ontológicamente dominico”.

Agradezco esta invitación a escribir sobre quién es hoy para mí Domingo de Guzmán, pues ha hecho rebrotar en mi entraña dominicana una invitación aún más grandiosa: la de esforzarme más por alabar, bendecir y predicar la vida evangélica al estilo dominicano como búsqueda mística de Dios.

¡Feliz día de Santo Domingo!
 
Este texto ha sido escrito a partir de una invitación a participar en la web del monasterio de las dominicas contemplativas de Santa María la Real en Bormujos (Sevilla).

martes, 31 de julio de 2012

Los ecos de Dachau

El primer campo de concentración nazi, situado en Dachau (a pocos minutos de Munich) es hoy un memorial de lo que ocurrió y nunca debió ocurrir. Su condición de monumento concienciador se puede constatar desde el mismo instante en que el acceso desde la capital es bastante fácil en transporte público. Y lo cierto es que nada más llegar a la parada de bajada para visitar el memorial comienzan a resonar los ecos de Dachau.

El primero y más evidente es el eco turístico que hace recorrer un escalofrío de incertidumbre por si uno está incurriendo en un trámite turístico. Para nada. Los límites del campo imponen su crudeza y poco a poco el rumor se transforma en un silencio sobrecogedor. Impresiona tocar la realidad de un lugar tan terrible, pero el eco de Dachau es un canto pedagógico y esperanzador: por un lado se erige en un lugar que todo ser humano con entrañas debería visitar para constatar lo ocurrido y asegurarnos de que no puede ocurrir nunca más; por otro lado, no es menos emocionante sentir algo de la lucha psicológica y sobrehumana de los presos para enfrentarse con dignidad y humanidad a sus crueles carceleros.
No menos elocuente es el eco de la locura y la paranoia que motivó una persecución y una represión de tal magnitud. En Dachau, a la atrocidad de otros campos se le une la condición de ser el campo experimental para los nazis. En él fueron recluidos los primeros presos políticos, en una criba injusta que tuvo como escenario la propia sociedad alemana y como cómplice el silencio de sus ciudadanos. El contexto de crisis social, económica y política que se vivía en aquella Alemania de finales de los años 20 y toda la década de los 30 es hoy un recordatorio de que por encima de toda idea económica, social y política están los Derechos Humanos y la dignidad humana que los pregona. Ciertamente en Dachau, el famoso poema atribuido apócrifamente a Bertolt Brecht acumula una resonancia que le otorga un valor añadido a su moraleja ética y humanizante.

Finalmente, un tercer eco reseñable es el de la meta de la reconciliación. Si en un lugar así te acongoja la crueldad de los nazis, mucho más te emociona el espíritu de lucha de los reclusos. Pero especialmente edificante es el espíritu de perdón y reconciliación que predominó entre aquellos hombres y mujeres que podrían haber reunido cientos de razones para el rencor y la venganza. En el recorrido por Dachau, la llamada a la no reincidencia en la atrocidad y a la reconciliación entre las personas y los pueblos, expresada en escrituras, templos religiosos y esculturas, reina y es capaz de alzarse sobre la sombra de los barracones y las letrinas, las cámaras de gas y los hornos crematorios, logrando así dotar a su condición de memorial un espíritu positivo.
Si el lector tiene oportunidad de visitar un lugar así, mi recomendación es hacerlo. La fuerza simbólica de estos lugares no puede sino tocar las entrañas de todo ser que quiera llamarse humano. A mi gratitud a todas las personas que dejaron sus ecos en Dachau para que hoy podamos aprovecharlos, añado mi plegaria a Dios por ellos y por la justicia que ha de ser capaz de revolverse ante la barbarie.

martes, 24 de julio de 2012

Cristiandad y cristianismo

Mi experiencia me dice que no es frecuente que el común de los mortales conozca una sutil pero importantísima distinción que evitaría muchos berrinches y también algunos disgustos. Tal distinción -que mucho más que terminológica- se refiere a los términos 'cristiandad' y 'cristianismo'. El primer hace referencia al envoltorio cultural, político, económico y social que rodea al segundo término que se refiere a la religión y a la fe que profesan los seguidores de Jesucristo, al que confiesan como su Dios y salvador.

En defensa de los que ignoran tal distinción hay que argumentar que ambos conceptos aunque autónomos son difícilmente separables pues su interrelación es de tal magnitud que pueden mutar la una en la otra sin que muchos reparen en tal metamorfosis, nociva, por cierto, a todos los efectos.

Lo más curioso del asunto es que, una vez más, esta confusión es más comprometida para los cristianos que para los demás, pero parece resultar más molesta a otros grupos o individuos que a los principales afectados. Esto es así, no sólo porque si el cristianismo se confunde con la cristiandad no sólo estará irrumpiendo en un terreno muy fangoso sino que, seguramente, estará abandonando su terreno propio, es decir, aquel que le compete en toda su magnitud y donde puede ser más fecundo.

Esto es más visible si concretamos el problema en la Iglesia. Por ejemplo, la Iglesia tiene que ver con lo sindical pero no puede actuar como un sindicato, le afecta e influye en la política pero no puede ser un partido político, interactúa con la cultura pero no puede ser una simple institución de mecenazgo, etc. Igualmente esto es un problema para los críticos de la Iglesia, si bien -insisto- para ellos lo es en segunda o tercera persona, lo cual introduce una perspectiva distinta (ni mejor ni peor) en la comprensión del problema.

De todo ello se deduce que el cristianismo tiene que interactuar con la cristiandad. No es una opción negociable. Es así y por tanto lo mejor es aceptarlo con la mayor madurez posible y sabiendo que si lo hace bien será fiel a sí mismo y si lo hace mal será una caricatura de sí mismo. Así que lo mejor es que el cristianismo y sus instituciones vivan con personalidad basándose en sus principios fundantes y básicos, lo cual le permitirá aceptar con mayor libertad las críticas, esto es, escuchando las ajustadas a razón y resbalando sobre las basadas en topicazos e ideas preconcebidas.

martes, 10 de julio de 2012

La elegancia de Del Bosque

Después de muchos éxitos y, sobre todo, de una elegante forma de obtenerlos, está claro que la figura de Vicente Del Bosque es una de las más reputadas y reconocidas en la sociedad española, más allá de la anécdota de haber sido nombrado marqués.

Sin declaraciones incendiarias, con mucha humildad, sabiendo llevar los egos de futbolistas imprevisibles, atendiendo sin desmayo a todas las solicitudes sociales que le piden, Vicente del Bosque ha ido conformando una forma de ser que es, al tiempo, ejemplar y, de modo sutil y sibilino, un desafío al que incomodar para el mundo mediático.

Y es en este aspecto donde se va a poner a prueba su auténtica talla personal (que es sobresaliente). No me refiero solo al hecho de que durante la Eurocopa haya sido capaz de resistir cierto bombardeo sensacionalista que confundía el fin de vender periódicos con el medio de cargarse un grupo deportivo para lograrlo. Me refiero más bien, a la auténtica realidad de las experiencias que debe gestionar un personaje como el seleccionador nacional. Esas experiencias no son las que aparecen en las portadas de los periódicos sino que son reales como la vida misma. Ejemplo de ello es la cuestionable forma en que los jugadores de la selección festejaron su éxito deportivo por las calles de Madrid, recurriendo a expresiones poco deportivas y bastante reprobables.

Tapar la mala imagen de una celebración, camuflándola en medio de otras virtudes es una tentación que se comprende si por otros medios se están buscando soluciones. Pasearse ebrio en público (y no por primera vez, por cierto) no es un modelo para nadie, pero si, tal y como ha elegido Del Bosque, se camufla para no caer en la trampa mediática de dar un titular peligroso, siempre queda la prueba del nueve: si Del Bosque y la Federación van a corregir este lamentable aspecto desde dentro, lejos de las cámaras y los micrófonos, pero cerca de la verdad de un hecho corregible. Conociendo al seleccionador, seguro que podría hacerlo con elegancia y es que a la hora de afrontar problemas serios, lo cortés no quita lo valiente.


viernes, 29 de junio de 2012

Fin de contrato

Junto con el año natural, el académico y el litúrgico, la fecha del 30 de junio simboliza el final de algunos contratos (los más conocidos son los del fútbol). Se trata, sin duda, de un momento con clara carga simbólica pues conlleva la evaluación del plazo pasado y la ilusión de acometer nuevos proyectos en el futuro inmediato.

También cada uno de nosotros, como los niños y niñas que han recogido sus notas al final del curso, tenemos momentos en los que poder detenernos a valorar con la mayor objetividad posible el transcurso de nuestro proyecto de vida.

Y, de igual modo a como ocurre con los niños y sus notas, hay algo más allá de lo formalmente cuantitativo que, sin dejar de tener importancia, no logra reflejar todas las dimensiones que afectan a nuestra vida. Evaluar nuestra vida, nuestro contrato vital incluye lo cuantitativo pero sobre todo se orienta a lo cualitativo, pues éste es el ámbito donde radican las facetas trascendentales de nuestra vida.

Es por ello, también, que sean de gran relevancia la honestidad y la humildad. La primera nos ofrece los datos a evaluar de la forma más objetiva posible. La segunda nos invita a escuchar criterios de evaluación y críticas que nos ayuden a crecer lo máximo posible si somos capaces de acogerlas con espíritu constructivo.

Acabemos contrato o no en estos días, el verano y las vacaciones suponen un tiempo ideal para evaluar cómo va nuestra vida. ¡Mucho ánimo en este ejercicio introspectivo!

domingo, 17 de junio de 2012

La casa de putas

Con cierta perplejidad he seguido el curioso proceso por el cual algunas regiones españolas se disputan el negocio de la instalación de un complejo económico similar al que ejemplifica la ciudad estadounidense de Las Vegas y que, popularmente, se ha denominado Eurovegas.
Mi perplejidad no se limita al afán mercantilista que han puesto en juego las comunidades autónomas implicadas, sino que también se amplía al peloteo y la pleitesía que se podría estar brindando al empresario inversor (considerando la opción de ciertos privilegios fiscales), así como al simple hecho de que nadie se paraba a cuestionar que el objetivo planteado seguramente no justificaba en ningún caso los medios a emplear.
Hasta que un día, un banquero hablando de la dificultad de generar puestos de trabajo se refiere colateralmente al proyecto catalogándolo de modo despectivo como “una especie de casa de putas”. Sin embargo, el proyecto sigue siendo estudiado y los políticos siguen afilando sus uñas para llevarse el gato al agua. Para mayor sorpresa, los principales argumentos contrarios al proyecto son de índole ecologista: parece ser que el principal inconveniente es que Eurovegas es incompatible con el entorno elegido para ubicarla y con el ecosistema que en él rige.
Y, por fin, y a la espera de que alguien con profundo sentido político se les una aparecen dos obispos -el de Getafe y el de Castellón-Segorbe- y alzan su denuncia sobre un proyecto que no es admisible por varias cuestiones esenciales que me limito a citar pero que son fácilmente entendibles:
  • una cosa es lo legal y otra lo moral
  • los valores económicos y materialistas son legítimos pero ha de saberse que priorizarlos en exceso sólo trae resultados económicos y materialistas.
  • es preciso pensar y repensar el papel del ser humano como sujeto y objeto de la cuestión moral, al menos en dos sentidos: el protagonismo de la persona y su papel dentro de la ecología.
Cada cual haga su reflexión, si bien la ética no suele llevarse bien con los atajos y con los apaños morales. Yo, personalmente, mientras escribo esta sencilla reflexión me acuerdo del imperativo categórico kantiano que exhortaba a obrar de tal manera que la máxima de tu actuación pueda servir como ley universal de acción moral. Y si el imperativo categórico es aplicable, según Kant, hasta “en un pueblo de demonios”, también lo es para “una casa de putas”.

martes, 12 de junio de 2012

Corpus Christi: ¿comunión o división?

La fiesta del Corpus nos ofrece una oportunidad de reflexión teológica tanto desde el punto de vista ecuménico como doctrinal (aunque quizás sería mejor decir doctrinal y por tanto ecuménico). Junto a la polémica teológica acerca del cómo el pan y el vino se transforman en el cuerpo y la sangre de Jesucristo, se une una cuestión no menos importante pues en ella radica el fondo de la cuestión. Tal cuestión no es otra que la encarnación de Dios en pro de la salvación del género humano.

Aunque la Eucaristía es un sacramento de fraternidad y de acción de gracias, algunas de sus interpretaciones se han prestado a la división de pareceres en temas como la ya citada transformación de las especies, la consideración de la misma como sacramento o no, y -la más importante en mi humilde opinión- la vivencia del mandato de Jesús en la Última Cena en la que instituyó la Eucaristía: haced esto en conmemoración mía.

Este domingo pasado cuando iba a celebrar la festividad del Corpus, entré en la parroquia con la reflexión acerca de las polémicas entre católicos y protestantes con motivo de esta fiesta y su sentido, pero salí de la misma con una convicción no menos profunda: el sacramento de la Eucaristía es en mucha mayor medida un factor de comunión que de división entre los cristianos. Y esto por muchas razones, pero por citar dos muy relevantes me quedaré con una ecuménica y otra doctrinal de claro calado cristológico que han de entenderse como estrechamente vinculadas. La primera es la que recuerda que el sueño de la reconciliación no puede lograrse pagando el precio de reducir la verdad a un falso diálogo entre cristianos; la segunda es que las obras y la fe de los seguidores de Jesús de Nazaret, más allá de la confesión cristiana que les acoja, sólo tendrán sentido si realmente se corresponde con la verdad y el sentido de sus vidas que es el fondo la verdad y el sentido del mensaje evangélico, el mensaje de Jesús de Nazaret.

martes, 5 de junio de 2012

Levántate y disfruta de la vida

El paso del día a día puede rebelarse nublando lo cotidiano para dejarse someter por lo rutinario. Inconscientemente nos refugiamos en cálculos y excusas para soportar el ritmo de obligaciones que estructuran el desarrollo de nuestros. ¡Y sorprendentemente se nos olvida que la vida es mucho más!

La vida es, ciertamente, algo que se nos impone, pero que también que se nos propone y por ello, parafraseando al filósofo Ortega y Gasset, la vida es quehacer y biografía que se escribe cada día en pos de una vida lo más auténtica posible y tratando de esquivar la amenaza de una vida inauténtica.

Echando un vistazo a las páginas del Evangelio, uno puede descubrir que nada le resulta más propio que su invitación a disfrutar de la vida en todas sus dimensiones potenciales y realizadoras de la existencia humana. De ahí que esta invitación sea preferentemente dirigida a aquellos que peor lo están pasando porque han sido derribados o abatidos por un golpe de la propia vida o, peor aún, propiciado por otra persona. Y brota, espontáneamente en mi mente ese versículo tan dinamizador en el que Jesús expresa esta dimensión evangélica: “Levántate y anda”.

Llega Junio, antesala del verano y del descanso y de las vacaciones para muchos. En mi día a día puedo experimentar más allá de cierto cansancio, la frescura típica de las mañanas preveraniegas de Madrid y con ellas fluyen en mi mente recuerdos y sensaciones que me dicen muchas cosas, pero hoy, ante la crudeza de la rutina, me anima a cuidar y valorar cada pequeño detalle del día a día y de cada persona que tengo enfrente para vivir como realmente me merezco vivir.

Mañana, cuando suene el despertador procuraré que mis primeros pensamientos del día sean positivos y frescos como la caricia de la mañana madrileña en mi rostro. Mañana, mi primer pensamiento será evangélico, provocador de una vida que precisa ser vivida de modo enriquecedor: “Levántate y disfruta de la vida”.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Quédate conmigo

La tarde-noche del sábado al domingo nos trajo las vísperas de la fiesta de Pentecostés y la celebración del tradicional Festival de Eurovisión. Dos celebraciones en principio totalmente ajenas, tienen si se mira de un modo un tanto interesado, pero que pretende ser ante todo práctico, algún rasgo en común ocasional y propiciado casualmente por el título y parte del contenido de la canción que representaba a España. La canción, interpretada por Pastora Soler, se titula “Quédate conmigo”.

Y es que este sencillo título es una forma de resumir en dos palabras una de las dimensiones más profundas de la fiesta de Pentecostés. Se trata del día en que los apóstoles, acompañados o acompañando a María, reciben la fuerza del Espíritu Santo, tomando así conciencia de dos cosas fundamentales: que la promesa de Jesús de estar siempre y para siempre con ellos se había cumplido; y, que sus miedos y temores se habían transformado en coraje y valentía para llevar el mensaje del Evangelio a todas las gentes, con la confianza inquebrantable de que Jesús estaba con ellos.

El estribillo de la canción dice que si el ser amado no está no sale el Sol. Sirva esta expresión complementaria para recordar que para el creyente si Dios no está en el centro de su vida no sale el Sol, entre otras cosas porque Él es el Sol. Pero todo ello sin olvidar que ese Sol viene por y para todos y que el reflejo de su luz y de su calor ha de ser anunciado y llevado a todas las gentes, tarea complementaria de la fe viva en Jesús Resucitado.

lunes, 21 de mayo de 2012

Quedarse mirando al cielo

El Evangelio de la semana, el de la Ascensión del Señor, nos incordia con el mandato mesiánico de llevar el Evangelio a toda la creación. Curiosamente, este mandato viene contextualizado por la lectura de los Hechos de los Apóstoles 1, 11 que nos ofrece una escena muy gráfica que viene coronada por una pregunta desafiante. “¿Qué hacéis ahí mirando al cielo?”.

Ambas escenas se conectan por la experiencia común del compromiso, pero no de un compromiso cualquiera sino de uno muy concreto que aunque conduce, en terminología piadosa, al cielo, está inequívocamente enraizado en la tierra.

Llevar, vivir, anunciar el Evangelio es una cuestión vital no sólo por la relevancia de lo que supone sino también porque como cualquier compromiso sincero afecta a la vida entera de modo que no se puede ofrecer lo que no se tiene o se vive.

Es posible que esta sea una de las razones por las que las lecturas de este domingo insistan en la importancia de acompañar el anuncio de la Evangelio con signos y señales que no se conforman con ser un disposición a la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, sino al mismo tiempo algo muchísimo más profundo: la relación entre el enviado y Quien envía, mediante la fuerza irrefrenable de su Espíritu vivificante.

Esta sencilla pero majestuosa experiencia de fe y de vida es una cuestión central en la vida del cristiano y aparte de anclarnos en lo fundamental de la fe, nos permite huir de angelismos y abstracciones que nos alejan de las realidades de nuestro mundo que son, en definitiva, las que hay que evangelizar. Es por eso que desde esta óptica tiene un sentido muy actual a pregunta del texto dominical: ¿Qué hacéis ahí mirando al cielo?

lunes, 14 de mayo de 2012

La voz de Caritas

Sin perjuicio de que pueda haber otras muchas, sin duda, Caritas es una de las instituciones solidarias que realiza una extraordinaria labor y con un interesantísimo calado social. Y todo ello, pese a quien le pese, siendo parte activa y efectiva de la Iglesia Católica.

No lo digo yo, lo dice su labor entregada cotidiana y la reputación de la que goza en la sociedad y en el mundo. Ancianos, infancia, juventud, prostitución, etc., y así una serie de sectores y problemas sociales donde la respuesta solidaria requiere un plus que Caritas sabe y siente que puede ofrecer.

Pero hoy quisiera hablar más bien de la voz que de la acción de Caritas, en sintonía con algunas de las últimas entradas publicadas y con el duro contexto de crisis económica que nos rodea. Y lo que me llama profundamente la atención de Caritas es que, pudiendo equivocarse-que no creo que se equivoque mucho-, su voz denuncia con honradez y valentía las situaciones y las causas de la injusticia que generan los problemas que trata de combatir y solucionar. Más aún, su denuncia suele presentarse independiente de las ideologías que, al menos, es más visible en otros sectores eclesiales o extraeclesiales.

En estos días, mientras Caritas sigue siendo la principal institución no perteneciente a las Administraciones que contribuye a paliar la crisis, su voz se ha alzado para denunciar que el uso de ciertos recursos públicos para sanear balances bancarios en lugar de para ayudar a personas y situaciones que esperan ayuda pública es inmoral. ¿Será una denuncia errónea? No lo sé, aunque creo que es más acertada que desacertada, pero sobre todo valiente. En cualquier caso, en estos tiempos en que los liberales defienden las nacionalizaciones y los socialdemócratas las cuestionan, me resulta gratificante que el criterio de Caritas, como estandarte de la Iglesia, fue, es y seguirá siendo el Evangelio.

domingo, 6 de mayo de 2012

La Iglesia como Madre

Son numerosas y muy ricas las imágenes teológicas que a lo largo de la historia se han ofrecido sobre la Iglesia. Pero sin duda una de mis preferidas es la que nos habla de la Iglesia como Madre. Aprovechando que hoy es el día de la madre, puede ser una buena oportunidad para recordar algunos argumentos que sostienen esta imagen.

1) La Madre que da la Vida. En un sentido meramente biológico, la madre es quien procura y da la vida en el nacimiento, pero en un sentido más humano, la madre es la que guía de modo particular la principales experiencias en la vida del niño. De un modo análogo, en el plano teológico, la Iglesia es Madre que inicia, guía y alienta la experiencia de fe de los creyentes a lo largo de toda su vida, desde el nacimiento hasta el encuentro definitivo con Dios.

2) La Madre que nos habla tiernamente del Padre. Igual que el papel de la madre se ve complementado y reforzado por el de la figura del padre, la Iglesia adquiere su dimensión completa cuando realiza su función catequética en función de su experiencia fundante de Dios como Padre. Ya San Cipriano afirmó aquello de que “nadie puede tener a Dios por Padre, si no tiene a la Iglesia como madre", en un sentido que no ha de interpretarse necesariamente en sentido restrictivo o excluyente sino inclusivo pues el trasfondo de la afirmación es constatar la necesidad de mediaciones en la relación con Dios.

3) La Madre que vela por la relación de los hermanos. Vinculado de modo estrecho a lo anterior, la Iglesia es Madre que como buena madre sueña con que sus hijos vivan su relación en clave de una auténtica fraternidad. Igualmente la Iglesia es Madre cuando se preocupa de un modo especial por aquellos hijos que por estar en dificultades demandan una mayor atención por su parte. He aquí uno de los fundamentos de la opción preferencial e irrenunciable de la Iglesia por los pobres.

4) La Madre que es Maestra de Vida. La influencia de las madres sobre los hijos es innegable. Sus lecciones de vida suelen ser acertadas (¡cuántas cosas importantes de la vida nos han inculcado nuestras madres!). Muchas veces nos rebelábamos contra tales enseñanzas y luego el tiempo nos mostraba que eran ellas quienes solían estar en lo cierto. Por eso la Iglesia es Madre cuando ofrece sus enseñanzas desde la extensa experiencia de siglos y, especialmente, cuando lo hace de modo comprometido; esto es, viviendo lo que predica y predicando lo que vive.

5) La Madre que nos necesita. Finalmente, no podemos olvidar que la relación madre-hijos debe ser mutua y recíproca. Llega un momento en la vida en el que las madres sin dejar de ofrecerse a sus hijos, también demanda atenciones de ellos. La Iglesia es más Iglesia cuando sus hijos se comprometen con ella y le ayudan a vivir como tiene que vivir. Y es que, como las madres, aunque la Iglesia se equivoque poco, menos lo hará si tiene cerca personas que le ayuden a tener un conocimiento más concreto de la realidad.

Hay más razones que nos presentan a la Iglesia como Madre, pero estas son suficientes. Hoy, también es un buen día para agradecer a la Santa Madre Iglesia lo que no aporta constantemente. ¡Feliz Día de la Madre!