domingo, 23 de diciembre de 2012

Embarazados de Dios

(a modo de sugerencia propongo esta bella canción como sintonía de fondo de esta entrada, disculpándome por si sale algún mensaje publicitario ajeno al blog y a su intencionalidad)


Puede que por evidente o por su íntima cercanía al misterio de la Encarnación, la ingeniosa manera de expresar la experiencia de fe como un embarazo de Dios puede llegar a resultar sorprendente. La experiencia de Dios, en general, y la que celebramos en Navidad, en particular, no es una cuestión en ningún caso embarazosa sino por el contrario ilusionante y estimulante. Después de un Adviento que puede asemejarse a un embarazo quizás podemos tener más claro que acoger el misterio de la Navidad es conectar ...

  • con la evidencia de la grandeza de una vida que surge
  • y con la ternura de un niño pequeño y vulnerable que es capaz de despertar lo mejor en nuestro interior
  • con la admiración de lo maravilloso que es engendrar nueva vida
  • con la conciencia de que nadie dijo que fuera fácil pero sí apasionante
  • con la responsabilidad de que no sirve hacerlo de cualquier manera pues es más propio del hombre soñar que conformarse
  • con la certeza de que tu vida va a cambiar en lo más profundo, pero con la sensación de que es ciertamente para bien
  • con la fortuna de poder compartirlo con gente que siente lo mismo que tú
  • con la incertidumbre por lo que pueda pasar y la sana frustración de experimentar que no todo va a salir como tú quisieras que ocurriese
  • con la incomparable sensación cariñosa de que mucha gente está pendiente de ti y se preocupa por ti
  • con la transmisión y la recepción de recuerdos y valores que forman parte de uno
  • con la sabiduría de que las grandes claves de la vida radican más en la sencillez que en lo ruidoso y aparente
  • y con tantas otras cosas que no es posible expresarlas en palabras.

La Navidad nos conecta conscientemente con la vida como lo hace la experiencia de estar embarazado de vida, de Dios. Si esta expresión profundamente antropológica y simbólica ha sido una mediación posible para Dios, mi deseo esta Navidad es que lo sea para todos.

Con mis mejores deseos para la gente que quiero y para todos los que se asomen por este blog...

¡Feliz Navidad!

El padre Gago, la voz religosa de la COPE

Hace unas horas se ha confirmado la noticia del fallecimiento tras una larga enfermedad del padre José Luis Gago quien dedicó su vida a ser predicador del Evangelio especialmente a través del periodismo. Muchas personas podrán hablar más y mejor sobre él, entre ellos muchos periodistas, tales como José Antonio Abellán o Carlos Herrera que no sólo trabajaron y aprendieron con él sino que le confiaron aspecto más personales e íntimos de sus vidas.

Si hablo hoy aquí de José Luis Gago es porque su voz preciosa y profunda fue para mí y para muchos oyentes, la voz religiosa que animaba la programación de la cadena COPE. En medio de noticias, cuñas publicitarias y otro tipo de comunicaciones, las reflexiones y oraciones del padre Gago lograban generar una audición atenta y curiosa a lo que su mensaje evangelizador podía dejar en antena.

La pérdida del padre Gago es hoy una pérdida humana aunque con su jubilación ya lo había sido también profesional y significativa porque su legado no ha tenido en cierta manera un heredero o un grupo de herederos que transmitiera y desarrollara su gran legado periodístico y evangelizador. Quizás hoy su marcha pueda ser no sólo un motivo para orar por su eterno descanso sino también para reconsiderar con humildad lo que su legado nos enseña en lo que a la comunicación periodística del evangelio se refiere.

Ojalá así sea y descanse en paz la voz religiosa de la COPE: fray José Luis Gago OP.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Adviento y crisis (III): permanecer alegres

El tercer domingo de Adviento es conocido popularmente como el domingo del “gaudete” (imperativo en latín del verbo “alegrarse”). Esta expresión tiene un sentido doble: la importancia de la alegría y que esa importancia para el cristiano es en un sentido exhortativo un imperativo.

No hay cristianismo sin alegría o mejor dicho no hay cristianismo sin auténtica alegría, es decir, la alegría que realmente llena de sentido el corazón del hombre. Es la alegría que no sólo permanece para siempre sino que también ayuda a permanecer en tensión vital ante los designios de la vida. La alegría cristiana no es un reír o sonreír porque sí, sino un estado de ánimo valiente, lúcido y optimista que sostiene su vitalismo en un fundamento real que se experimenta desde lo más cotidiano de la existencia hasta en lo más extraordinario.

Para ello puede resultar conveniente e incluso diría que necesario, aprovechar el tiempo de Adviento para revisar todo lo cotidiano y extraordinario de nuestra vida para cerciorarnos de que nuestra alegría es sincera, honesta y veraz. Mirado desde estos tiempos de crisis, lo importante de nuestra vida no puede quedar empañado por una crisis material que, aunque no es ajena a lo moral y espiritual, no puede ser, en ningún caso, más importante que lo propiamente moral y espiritual.

Desde ahí, se puede imponer mejor la auténtica alegría a los vaivenes insospechados y, a veces, indeseables de la vida.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Gracias por Las Estaciones del silencio

¡Felicidades, Jose, por Las Estaciones del silencio!

Y, sobre todo, gracias por este regalo que nos haces y por lo que ello significa, en empeño, ilusión, frescura reflexiva y realización propia y comunitaria. Aunque este proyecto tiene ya mucha vida y ya ha sido presentado en otros foros (por ejemplo, en Alcalá la Real, el pasado mes), hoy es un día especial porque presentas tu obra en casa, en Linares, rodeado de los tuyos, acomodado entre las caricias de quienes sabes que en una u otra forma son benefactores de tu vida y tu obra. Espero que sea un acto acorde a lo que representa y que todos lo disfrutemos.

Como guiño personal de hermano y amigo, y salvando las distancias con mucho pudor, me uno a la iniciativa de otros autores como X. Pikaza, de saludar a tu libro con las líneas que un día redacté para ti con el mismo cariño y gratitud con la que hoy las ofrezco en mi blog. En ellas, va implícita y explícita una clara alusión a nuestra fraternidad dominicana hecha realidad en la profesión o compromiso de vida en Cristo, al estilo de Domingo de Guzmán.

Sabes que te queremos. Y a seguir predicando a tiempo y a destiempo. Un fuerte abrazo.


Predicar desde el Silencio

Al escribir sobre Las Estaciones del Silencio, me acuerdo de que hace ya muchas primaveras que conozco a Jose Chamorro. Desde aquel momento fugaz en Valladolid, una cosa está clara: él no ha dejado de crecer en múltiples aspectos, pero sobre todo en el espiritual. Lo que sí permanece inalterable, sin embargo, es su capacidad de apasionarse. Si bien lo que ocurre es que ahora dispone de un campo mucho mayor para expandir su pasión por la verdad y tú, querido lector de este libro o del blog Desde el silencio, eres sin haberlo sospechado un nuevo y afortunado beneficiario de esta situación.

No es casualidad que Jose haya escogido el silencio como leitmotiv de su pensamiento. Porque aunque aparentemente se pudiera pensar que a él no le gusta el silencio, entre otras cosas por la energía de su risa o por su costumbre de escuchar música con el volumen a cierto nivel, lo cierto es que un alma monacal habita su mundo interior. No se trata de un detalle menor que se deriva de sus gozosas visitas y estancias en muchos de los monasterios benedictinos y cistercienses que hay en España, sino que se trata de algo mucho más profundo. El silencio es el ámbito en el que resuena con mayor fuerza y belleza el canto de alabanza y admiración por las maravillas que cada día descubre en Dios, en los hombres (sin excluirse a sí mismo) y en la naturaleza.

Por ello la estructura del blog gira en torno a tres disciplinas fundamentales para Jose: la teología, la psicología y la ecología, entrelazadas desde la óptica de la interdisciplinariedad. En la primera se puede percibir el mayor grado de crecimiento de la densidad y profundidad de las reflexiones del blog. En ellas destacan las motivaciones cristológicas y eclesiológicas, es decir, la expresión del mesianismo de Jesús (especialmente su componente sanadora) proyectada en la historia en la misión salvífica mediada por la Iglesia. Por eso, la teología de este libro brota desde las entrañas de quien vive con pasión su misión de ser, en la medida de sus posibilidades, un humilde mediador entre Dios y los hombres. En el caso del autor esto se llama ser dominico.

En el terreno psicológico, Jose se adentra en el mundo interior de las personas de la mano de psicología orientada a la pedagogía. Su profundización en esta corriente mediante el estudio y los cursos, a veces incluso a base de un meritorio esfuerzo y sacrificio personal, le han llevado a hallar una veta que le permite conocer al individuo de modo más empático, alejándose de enfoques más tradicionales y viciados y optando por otros que depositan una mayor confianza en el desarrollo natural y espontáneo del individuo.

Finalmente, en los escritos de corte más ecológico el lector podrá encontrar un auténtico ecosistema epistemológico en el que afloran proyecciones muy gráficas y estimulantes de lo que la teología y la psicología o la pedagogía puede aportar a la vida cotidiana, a la naturaleza y al lugar que cada ser humano ocupa en el planeta. La pasión con que brotan estas ideas lograrán que muchas personas puedan incluso llegar a sentirse como si estuviera dando un paseo por la sierra de Cazorla o como si Jose nos estuviera escribiendo, de modo personalizado, otra Carta de la Tierra.

Confío en que estas orientaciones puedan servir para entender por qué Jose Chamorro García piensa, siente, actúa y escribe Desde el Silencio. Pero no quisiera dejar de explicitar que su pasión es fruto de un doble enamoramiento (indisociable del que le une a Tania): el de un místico que vive por y desde el Dios que es la fuente de su existencia; y el de un predicador que sabe que esa fuente debe ser canalizada y difundida para calmar y saciar a todas las personas que tengan sed de vida en abundancia. ¿Será por eso que salpicados entre los textos figuren algunos poemas esculpidos desde lo más recóndito de su ser?

Al pasar las páginas de este blog hecho libro es posible que el lector encuentre ecos e influencias de grandes autores como L. Boff, T. Merton, M. Eckhart o W. Jaeger entre otros muchos, sin olvidar otras presencias menos ilustres y más presentes en la actualidad cotidiana del autor. Sin embargo, por encima de ellas, están la naturalidad y la frescura de una forma de pensar propia que no dejará indiferente ni pasivo a quien tenga oportunidad de leerla. Brindo por ello y espero que cuando el lector termine de leer este libro haya podido experimentar, a su propio modo, la importancia de sumirse en el silencio para poder escuchar su propia voz interior.

Madrid, 23 de enero de 2011
Miguel Peiro

martes, 11 de diciembre de 2012

Adviento y crisis (II): preparad los caminos

El Adviento nos ofrece la figura alentadora y estimulante de Juan Bautista. No se trata del protagonista de la historia aunque su rol y su papel bien pudiera merecerlo. Su grito profético es una inspiración para el creyente: “preparad los caminos al Señor”, pues vivir en crisis es en buena manera una forma de estar buscando la forma de salir de ella.

Uno de los rasgos de las crisis es que quien las viven en primer plano, suelen tener por misión preparar los caminos de la salida de la crisis. Esta dinámica de sembrar y de sentar las bases para el futuro presupone una fortaleza espiritual encomiable pues no sólo afecta a la exigencia de la misión de encarar directamente las causas de la crisis, sino que esto ha de hacerse sabiendo que quien lo procura no será ni siquiera beneficiado, o al menos no principalmente, de la recompensa aparente de ella.

La figura del Bautista en este Adviento nos lanza esta exigente propuesta espiritual que, aunque reñida con los protagonismos no lo está con la riqueza humana que deja como rédito a quien la trabaja y a su entorno.

En el Adviento entendido como tiempo de esperanza podemos abrirnos a una doble dimensión de la misma: la esperanza que se construye en el día a día, como la casa fundada sobre la roca que no puede ser derribada por la tempestad; y la esperanza que adelanta la llegada de un nuevo tiempo que se prepara pero que también se desea y se anhela. Ambas dimensiones pueden ser dos fundamentos de la esperanza en medio del pesimismo que anida en nuestras sociedades hoy en día.

martes, 4 de diciembre de 2012

Adviento y crisis (I): levantad la cabeza

Aprovechando que comienza el Adviento, quizás pueda ser una buena oportunidad para realizar cierta introspección espiritual que, dado el contexto de crisis, no caiga en lo exageradamente abstracto. Si en el primer domingo de Adviento se nos invita a levantar la cabeza, puede que lo que proceda sea preguntarnos qué es lo que nos hace estar cabizbajos o qué no nos permite mirar hacia arriba o hacia delante.

En mi opinión, uno de los factores que nos tienen descolocados es cierto intrusismo espiritual. No es sólo que hayamos permitido que nos volteen nuestras escala de valores, sino que además de modo consciente o inconsciente, empleamos muchas de nuestras fuerzas y energías en promover y potenciar tan funesta dinámica. Tal intrusismo espiritual consiste en haber incorporado valores materialistas, superficiales y capitalistas a nuestra vida hasta tal punto que el problema ya no es sólo que no nos rebelemos contra ciertas pautas, sino que incluso hemos olvidado que tendríamos que hacerlo.

Si preguntáramos en voz alta quiénes son las personas que se consideran contrarias a los principales postulados capitalistas y neoliberales, serían muchas las manos alzadas. Sin embargo, ¿sus actos y sus decisiones cotidianas corroborarían en la práctica lo que pregonan en la teoría? Soy pesimista acerca de la respuesta.

No obstante, se me ocurren dos puntos de reflexión a la hora de enfrentarse al reto de rebelarse contra nuestras esclavitudes cotidianas (y del sistema, si se quieren añadir). La primera es la exigencia cristiana de ser trigo en medio de la cizaña pues todo cambio evangélico debe asumir el contexto a transformar como contexto propio y no como algo postizo o aislado que no me afecta o no me debería afectar. Por ello, afrontar los problemas y las dificultades ha de ser un reto y un estímulo para los cristianos y no tanto una excusa para dimitir de la esperanza.

La segunda se refiere al principio básico de la Doctrina Social de la Iglesia que antepone el valor de la persona ante cualquier idea o planteamiento social, político o económico. Es por eso que restaurar y refrescar mi identidad como persona (lo que soy, lo que valoro, lo que me apasiona) puede y deber ser el principal motor de la crítica y la autocrítica ante lo que me trata de esclavizar.

Sé que no es fácil esquivar ciertas trampas de nuestro mundo cotidiano, sin embargo, desde la fe cristiana es posible mirar hacia arriba y encontrar en el Mesías una profunda convicción para confiar en que se acerca nuestra liberación: la invitación a aceptar el desafío de ser libre y combatir las perversiones del sistema desde dentro y la apuesta por ser persona y ayudar a los demás a ser personas que sean y se sientan en cada momento sujetos de su realización y su felicidad. Si esto no nos moviliza, al menos debería descongelar alguno de nuestros planteamientos atrofiados por la rutina. Si aún así, no fuera suficiente, mirar al Belén es siempre un recordatorio profético y espiritual de que, aunque quisiéramos, no podemos cejar en el empeño de contribuir a aumentar la justicia y el derecho en nuestra tierra.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Algo de luz sobre el buey y la mula

Mucho ruido mediático, unido a mucha ignorancia son dos ingredientes demasiado peligrosos como para que no hubiese cierto revuelo y escandaloso desconcierto sobre la referencia teológica del papa a la cuestión del buey y la mula, más aún cuando hay siempre algún voluntario dispuesto a crear confusión. Tratando de rebajar el ruido mediático y sobre todo ofreciendo datos teológicos que, seguramente, - pues no he leído el libro del papa- no son distintos de aquellos en los que se basa el Pontífice, aparece este breve pero ilustrativo texto de D. Julián Ruiz, obispo de Jaca y Huesca.

Os lo facilito a través de este enlace a la página en la que lo he encontrado. Espero que ayude a clarificar y me congratulo de que honre la labor episcopal de orientar a los fieles.

¡Buen comienzo de Adviento a todos!