lunes, 4 de octubre de 2010

El papa, la mafia y las reprobaciones

Ya escribí hace unos meses sobre el tratamiento injusto y demagogo que sufrió Benedicto XVI acerca de algunas de sus afirmaciones sobre el uso del preservativo en África. En ese momento, en España y algún que otro país, algunos diputados no dejaron pasar la oportunidad para ganar un poco de notoriedad y calentar el ambiente socio-político proponiendo a sus parlamentos la reprobación de dichas declaraciones. Pasada la fuerza del momento mediático, la cosa volvió a los fueros de lo razonable y se sobreseyó empujada por el mero paso del tiempo y la existencia de otros fangos políticos más apetecibles.

Dice el refrán popular que “se pilla antes al mentiroso que al cojo” y en esa misma línea es bastante probable que no podamos coincidir ni con el cobarde en el momento de riesgo y peligro, ni con el oportunista en el momento del compromiso.

Digo esto porque ayer en Palermo (Italia), el papa hizo un valiente llamamiento a todos los sicilianos, pero especialmente a los más jóvenes, para que no se dejaran arrastrar por las seducciones y las garras de la mafia. Se trata de un mensaje tan fácil de decir como difícil de asumir, tanto por el propio pontífice como por los destinatarios del mensaje.

Denunciar y eludir la fuerza de la corrupción son dos acciones tan fáciles de pensarlas y enunciarlas como difícil comprometerse con ellas como su propia naturaleza exige. Requieren convencimiento, fuerza de voluntad, grandeza de espíritu y, muy importante, la aprobación y el apoyo de la gente del entorno más cercano y también de algunos más lejanos.

Si en el caso del preservativo y el sida, algunos pusieron la voz en el cielo para reprobar al papa, ¿podremos esperar de ellos o de otra gente que ponga su voz al servicio de aprobar su denuncia y comprometerse a combatir en cuerpo y alma la corrupción en general y la mafiosa en particular?

Pronto, hallaremos la respuesta que, salvo sorpresa, podemos imaginarnos.

1 comentario:

  1. Tenemos el gran don de tener en la Iglesia actual a un Papa, junto a su precedesor ,que saben muy bien para que están donde están. Llevar luz al rebaño que les ha sido encomendado. Saben que están en medio de lobos, pero también que sus ovejas les quieren y rezan. Benedicto XVI, está llevando la verdad. Gracias por tu gran reflexión.
    Me alegro de haberte encontrado. Con tu permiso te enlazo. Un saludo afectuoso

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