martes, 10 de julio de 2012

La elegancia de Del Bosque

Después de muchos éxitos y, sobre todo, de una elegante forma de obtenerlos, está claro que la figura de Vicente Del Bosque es una de las más reputadas y reconocidas en la sociedad española, más allá de la anécdota de haber sido nombrado marqués.

Sin declaraciones incendiarias, con mucha humildad, sabiendo llevar los egos de futbolistas imprevisibles, atendiendo sin desmayo a todas las solicitudes sociales que le piden, Vicente del Bosque ha ido conformando una forma de ser que es, al tiempo, ejemplar y, de modo sutil y sibilino, un desafío al que incomodar para el mundo mediático.

Y es en este aspecto donde se va a poner a prueba su auténtica talla personal (que es sobresaliente). No me refiero solo al hecho de que durante la Eurocopa haya sido capaz de resistir cierto bombardeo sensacionalista que confundía el fin de vender periódicos con el medio de cargarse un grupo deportivo para lograrlo. Me refiero más bien, a la auténtica realidad de las experiencias que debe gestionar un personaje como el seleccionador nacional. Esas experiencias no son las que aparecen en las portadas de los periódicos sino que son reales como la vida misma. Ejemplo de ello es la cuestionable forma en que los jugadores de la selección festejaron su éxito deportivo por las calles de Madrid, recurriendo a expresiones poco deportivas y bastante reprobables.

Tapar la mala imagen de una celebración, camuflándola en medio de otras virtudes es una tentación que se comprende si por otros medios se están buscando soluciones. Pasearse ebrio en público (y no por primera vez, por cierto) no es un modelo para nadie, pero si, tal y como ha elegido Del Bosque, se camufla para no caer en la trampa mediática de dar un titular peligroso, siempre queda la prueba del nueve: si Del Bosque y la Federación van a corregir este lamentable aspecto desde dentro, lejos de las cámaras y los micrófonos, pero cerca de la verdad de un hecho corregible. Conociendo al seleccionador, seguro que podría hacerlo con elegancia y es que a la hora de afrontar problemas serios, lo cortés no quita lo valiente.


1 comentario:

  1. Se que jamás respondes a tus posts, imposición dominica quizá, pero no estaría de más que nos explicaras porque te parece un problema serio que unos chicos que acaban de ganar un campeonato muy importante se tomen unos vinos, los curas también lo usan con frecuencia, para celebralo. Problemas serios son los que tenemos que afrontar los ciudadanos de a pie ahogados por las medidas extremas de un gobierno que se ceba con los más débiles. Puede que si la iglesia se posiciona en favor de los más perjudicados, aunque a vosotros no os toquen ni un céntimo falataria más,estos católiocs radicales del gonierno se conciencien un poco y no envíen a la miseria a tantos hijos del señor inocentes de este despilfarro. Eso si es un problema grave y no que Xabi Alonso se tome un calimocho...

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