viernes, 29 de junio de 2012

Fin de contrato

Junto con el año natural, el académico y el litúrgico, la fecha del 30 de junio simboliza el final de algunos contratos (los más conocidos son los del fútbol). Se trata, sin duda, de un momento con clara carga simbólica pues conlleva la evaluación del plazo pasado y la ilusión de acometer nuevos proyectos en el futuro inmediato.

También cada uno de nosotros, como los niños y niñas que han recogido sus notas al final del curso, tenemos momentos en los que poder detenernos a valorar con la mayor objetividad posible el transcurso de nuestro proyecto de vida.

Y, de igual modo a como ocurre con los niños y sus notas, hay algo más allá de lo formalmente cuantitativo que, sin dejar de tener importancia, no logra reflejar todas las dimensiones que afectan a nuestra vida. Evaluar nuestra vida, nuestro contrato vital incluye lo cuantitativo pero sobre todo se orienta a lo cualitativo, pues éste es el ámbito donde radican las facetas trascendentales de nuestra vida.

Es por ello, también, que sean de gran relevancia la honestidad y la humildad. La primera nos ofrece los datos a evaluar de la forma más objetiva posible. La segunda nos invita a escuchar criterios de evaluación y críticas que nos ayuden a crecer lo máximo posible si somos capaces de acogerlas con espíritu constructivo.

Acabemos contrato o no en estos días, el verano y las vacaciones suponen un tiempo ideal para evaluar cómo va nuestra vida. ¡Mucho ánimo en este ejercicio introspectivo!

1 comentario:

  1. Gracias, Miguel, por esta invitación a revisar el camino y a poner conciencia sobre cómo han sido los pasos dados.

    Feliz verano, también para ti.

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