lunes, 14 de mayo de 2012

La voz de Caritas

Sin perjuicio de que pueda haber otras muchas, sin duda, Caritas es una de las instituciones solidarias que realiza una extraordinaria labor y con un interesantísimo calado social. Y todo ello, pese a quien le pese, siendo parte activa y efectiva de la Iglesia Católica.

No lo digo yo, lo dice su labor entregada cotidiana y la reputación de la que goza en la sociedad y en el mundo. Ancianos, infancia, juventud, prostitución, etc., y así una serie de sectores y problemas sociales donde la respuesta solidaria requiere un plus que Caritas sabe y siente que puede ofrecer.

Pero hoy quisiera hablar más bien de la voz que de la acción de Caritas, en sintonía con algunas de las últimas entradas publicadas y con el duro contexto de crisis económica que nos rodea. Y lo que me llama profundamente la atención de Caritas es que, pudiendo equivocarse-que no creo que se equivoque mucho-, su voz denuncia con honradez y valentía las situaciones y las causas de la injusticia que generan los problemas que trata de combatir y solucionar. Más aún, su denuncia suele presentarse independiente de las ideologías que, al menos, es más visible en otros sectores eclesiales o extraeclesiales.

En estos días, mientras Caritas sigue siendo la principal institución no perteneciente a las Administraciones que contribuye a paliar la crisis, su voz se ha alzado para denunciar que el uso de ciertos recursos públicos para sanear balances bancarios en lugar de para ayudar a personas y situaciones que esperan ayuda pública es inmoral. ¿Será una denuncia errónea? No lo sé, aunque creo que es más acertada que desacertada, pero sobre todo valiente. En cualquier caso, en estos tiempos en que los liberales defienden las nacionalizaciones y los socialdemócratas las cuestionan, me resulta gratificante que el criterio de Caritas, como estandarte de la Iglesia, fue, es y seguirá siendo el Evangelio.

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