martes, 26 de enero de 2010

Rafa Nadal y la resiliencia


Hay palabras que, sin saber muy bien por qué, pasan de ser absolutamente desconocidas para uno a encontrártelas por todas partes. Una de ellas es RESILIENCIA, que literalmente significa “elasticidad”, y que aunque también se usa para describir esta cualidad de algunos materiales, donde realmente ha hecho fortuna es en el campo psicológico. En este ámbito, resiliencia es una virtud que reúne todas aquellas fuerzas interiores que nos permiten superar no sólo las crisis y las dificultades, sino salir fortalecidos de ellas.


La palabra crisis es una palabra maldita en nuestra sociedad. Sin embargo, esta palabra más que entenderse como problema o situación difícil, debería concebirse como sinónimo de oportunidad, tanto de conocerse mejor a uno mismo como de iniciar el camino hacia un estado mejor o más estable.

La crisis implica ruptura, necesidad de tener que mirar el futuro con otros ojos. ¡Y es aquí donde surge la conveniencia de que sea con ojos nuevos y no con ojos viejos! La crisis es un inciso en lo cotidiano para poder replantear la mejora de la situación actual, es decir, acceder a una nueva etapa estable. Por eso la resiliencia se basa en tres actitudes fundamentales: el optimismo, la aceptación y la orientación a la búsqueda de soluciones.


Tomando el símil de la vida como deporte, el deportista sabe que su preparación y su rendimiento transita por una serie de altibajos que, por un lado, se corresponden con su humanidad limitada y, por otro lado, con la realidad deportiva de que siempre puede haber alguien que juegue mejor que uno mismo.

Y esto es así incluso para quienes se encuentran entre los mejores. Un ejemplo de esto lo encontramos en el tenista Rafa Nadal, quien en la actualidad parece encontrarse afrontando un momento deportivo menos favorable de lo habitual, ya que sus impresionantes resultados de los últimos cuatro años no parecen tener la misma continuidad debido a las lesiones y a ciertos problemas personales.

Y, sin embargo, también en la “debilidad” de este atleta se muestra su mayor fortaleza. Él sigue siendo para todos, y especialmente para los jóvenes, un ejemplo a imitar pues nos demuestra que, en las situaciones de crisis, tan importante como lo que ocurre es el cómo se afronta.

Para algunos entendidos del tenis, Nadal está pasando esta crisis por dos razones fundamentales: su humanidad y su sana ambición. Y esto, sin olvidar que, según otros entendidos, el talento de este joven balear es menor que el de otros jugadores de su edad o promociones similares. En medio de la tormenta de la crisis personal y deportiva, Nadal ha sido capaz de ejercer con brillantez la virtud de la resiliencia. Por ello ha aprovechado este momento de debilidad para establecer las bases de un futuro que le permita aspirar a sus objetivos deportivos y personales con mayores garantías.

Sirva pues esta entrada para enviar unas pildoritas de “resiliencia” teologal para todo aquel que lo necesite. Y es que, como siempre, la gracia también anda detrás de esta resiliencia teologal pues como dice San Pablo: “cuando soy débil, entonces es cuando soy fuerte” (2 Cor 12, 10).

1 comentario:

  1. Muy bueno el simil, Miguel.
    La necesidad que hoy nos brota debe de llevar una buena dosis de esta cualidad.
    Con respecto a Nadal... un ejemplo, sin duda, de saber afrontar de este modo las situaciones y de un saberse ave fénix.

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