(a modo de sugerencia propongo esta bella canción como sintonía de fondo de esta entrada, disculpándome por si sale algún mensaje publicitario ajeno al blog y a su intencionalidad)

- con la evidencia de la grandeza de una vida que surge
- y con la ternura de un niño pequeño y vulnerable que es capaz de despertar lo mejor en nuestro interior
- con la admiración de lo maravilloso que es engendrar nueva vida
- con la conciencia de que nadie dijo que fuera fácil pero sí apasionante
- con la responsabilidad de que no sirve hacerlo de cualquier manera pues es más propio del hombre soñar que conformarse
- con la certeza de que tu vida va a cambiar en lo más profundo, pero con la sensación de que es ciertamente para bien
- con la fortuna de poder compartirlo con gente que siente lo mismo que tú
- con la incertidumbre por lo que pueda pasar y la sana frustración de experimentar que no todo va a salir como tú quisieras que ocurriese
- con la incomparable sensación cariñosa de que mucha gente está pendiente de ti y se preocupa por ti
- con la transmisión y la recepción de recuerdos y valores que forman parte de uno
- con la sabiduría de que las grandes claves de la vida radican más en la sencillez que en lo ruidoso y aparente
- y con tantas otras cosas que no es posible expresarlas en palabras.
La Navidad nos conecta conscientemente
con la vida como lo hace la experiencia de estar embarazado de vida,
de Dios. Si esta expresión profundamente antropológica y simbólica
ha sido una mediación posible para Dios, mi deseo esta Navidad es
que lo sea para todos.
Con mis mejores deseos para la gente
que quiero y para todos los que se asomen por este blog...
¡Feliz Navidad!
Querido Miguel, Amparo y Pau. Se os nota que estáis experimentando esa encarnación en vosotros. Me alegra esta vivencia que hace que comprendamos aún más la encarnación de ese dios que se hace como nosotros, para recibir ese cálido abrazo de Dios, hecho carne en cada uno de nosotros.
ResponderEliminarOs deseo que esa vida que nace en vosotros impregne vuestro entorno de amor y lo viváis con tanta fuerza que nos haga felices a todos los que os amamos. En definitiva ese es el secreto y la fuerza de la encarnación: entregar felicidad, para que todos los que lo viven sean felices y lo transmitan a los demás. Os deseo lo mejor y sed ¡FELICES! Un fuerte abrazo. Javi