Hace unas horas se ha confirmado la
noticia del fallecimiento tras una larga enfermedad del padre José
Luis Gago quien dedicó su vida a ser predicador del Evangelio
especialmente a través del periodismo. Muchas personas podrán
hablar más y mejor sobre él, entre ellos muchos periodistas, tales
como José Antonio Abellán o Carlos Herrera que no sólo trabajaron
y aprendieron con él sino que le confiaron aspecto más personales e
íntimos de sus vidas.
Si hablo hoy aquí de José Luis Gago
es porque su voz preciosa y profunda fue para mí y para muchos
oyentes, la voz religiosa que animaba la programación de la cadena
COPE. En medio de noticias, cuñas publicitarias y otro tipo de
comunicaciones, las reflexiones y oraciones del padre Gago lograban
generar una audición atenta y curiosa a lo que su mensaje
evangelizador podía dejar en antena.
La pérdida del padre Gago es hoy una
pérdida humana aunque con su jubilación ya lo había sido también
profesional y significativa porque su legado no ha tenido en cierta
manera un heredero o un grupo de herederos que transmitiera y
desarrollara su gran legado periodístico y evangelizador. Quizás
hoy su marcha pueda ser no sólo un motivo para orar por su eterno
descanso sino también para reconsiderar con humildad lo que su
legado nos enseña en lo que a la comunicación periodística del
evangelio se refiere.
Ojalá así sea y descanse en paz la
voz religiosa de la COPE: fray José Luis Gago OP.
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